lunes, 28 de abril de 2008

Discurso de defensa por el asesinato de Eratóstenes 30. (Los tribunales atenienses para los homicidios II).


Competencias y funciones del Consejo del Areópago.

Si hacemos un repaso diacrónico, Aristóteles explica que en tiempos anteriores a Dracón, el Consejo del Areópago acaparaba gran parte de las competencias del gobierno de la ciudad: tenía la misión de conservar las leyes, administraba la mayor y más importante parte de los asuntos de la ciudad, y castigaba sin apelación a todos cuantos delinquían.

En cuanto a su composición, dice que la elección de los arcontes se hacía de entre los notables y los ricos, de los cuales eran escogidos los Areopagitas.

No mucho después, con la constitución de Dracón, el consejo del Areópago ya empezó a perder atribuciones pues, al crear el Consejo de 400 miembros, se trasladaron a éste las competencias de gestión y administración, y aquél mantuvo su función de guardián de las leyes y vigilaba a los magistrados para que mandasen conforme a ellas. Además, ejercía de máximo tribunal de justicia, pues “podía el agraviado denunciar ante Consejo del Areópago, indicando contra qué ley se le hacía injusticia”.

Estas mismas funciones mantuvo el Consejo del Areópago con Solón, incluyendo la del arbitraje, pues “corregía a los delincuentes como soberano de multar y castigar, y depositaba en la Acrópolis las multas, sin escribir el motivo de cada una, y juzgaba a los que se levantaban para quitar el poder al pueblo, por haber puesto contra ellos Solón la ley de εἰσαγγελία o acusación por conspiración”.

En época de la tiranía, el propio Pisístrato, que quería que todo se rigiese según las leyes, fue acusado de homicidio ante el Areópago, y allí acudió el tirano, aunque parece ser que el acusador retiró la denuncia.

Con Clístenes y sus reformas, la constitución se hizo mucho más democrática, pero el Consejo del Areópago, más o menos, se mantuvo en sus competencias, e incluso tras las Guerras Médicas se reforzó y gobernaba la ciudad por haber tomado decisiones importantes durante la guerra, de manera que “todos reconocieron la dignidad del Areópago, y los atenienses fueron muy bien gobernados en aquel tiempo.”

Durante los diecisiete años siguientes a las Guerras Médicas el Areópago se mantuvo al frente de la gestión del estado, aunque poco a poco iba perdiendo poder, hasta que Efialtes minó considerablemente sus competencias:

-reduciendo el número de miembros, al poner pleitos sobre su administración,
-arrebatándole las funciones de guardián de la constitución,
- y transfiriendo algunas de sus atribuciones al Consejo de los 500, otras a la Asamblea del pueblo y otras a los tribunales.

También Pericles, dice Aristóteles, “les quitó algunas atribuciones a los del Areópago…”.

Y desde finales del siglo V y en el siglo IV, perdido todo su poder político, sus competencias quedaron reducidas a juzgar los homicidios y algunos delitos por impiedad, como los relacionados con los olivos sagrados.


Composición

Respecto a su composición, los miembros del Areópago eran ex arcontes que entraban a formar parte de por vida de esta institución tan pronto superaban su examen de rendición de cuentas por su gestión, εὐθύναι

El arconte basileus, además de ser quien introducía el caso en el tribunal, también votaba.

Los miembros del Areópago, por su cargo vitalicio y por haber ejercido anteriormente como presidentes de tribunales de la Heliea, tenían una amplia experiencia en la aplicación de la justicia y la institución en su conjunto gozó de gran respeto.

Por falta de testimonios, no se sabe con certeza cómo eran designados los 51 Efetas, por lo que los historiadores convienen en pensar que se procedía a un sorteo. Y parece ser que debían tener, al menos, cincuenta años de edad.

Fuentes:

-Aristóteles, La constitución de Atenas. Trad. de Antonio Tovar. Madrid: Centro de Estudios Políticos y constitucionales, 2000
-Pausanias, Descripción de Grecia. Ática y Élide. Trad. de Camino Azcona García. Madrid: Alianza Editorial, 2000

Bibliografía:

-A.R.W.Harrison, The Law of Athens. Oxford: Clarendon Press, 1968

Discurso de defensa por el asesinato de Eratóstenes 30. (Los tribunales atenienses para los homicidios I).


“Ἀνάγνωθι δέ μοι καὶ τοῦτον τὸν νόμον ( τὸν) ἐκ τῆς στήλης τῆς ἐξ Ἀρείου πάγου”.
“Léeme también esta ley de la estela del Areópago”.


En Atenas, desde tiempos antiguos que se remontan a Dracón, la jurisdicción en casos de homicidio no pertenecía a un magistrado con poderes ilimitados, sino que el magistrado en cuestión, el arconte basileus, ἄρχων βασιλεύς, tenía que introducir el caso ante un tribunal, una vez presentaban la denuncia los parientes del hombre muerto.

Si el homicidio era atribuido a un hombre identificado, el tribunal estaba compuesto en los primeros tiempos, por todo el Consejo del Areópago (organismo integrado por ex arcontes que permanecían como miembros de él de por vida), y luego por un cuerpo de 51 Efetas, οἱ ἐφέται, que con toda probabilidad emanaba del Areópago.

Para evitar la contaminación que supuestamente causaba el asesino, todos los casos eran tratados al aire libre y según el tipo de homicidio en diferentes lugares.


Siguiendo a Aristóteles en su Constitución de los Atenienses, 57,3-4, procede la siguiente clasificación de los Tribunales para homicidios, que completo con la información que ofrece Pausanias en su Descripción de Grecia, Libro I, sobre los personajes legendarios que fueron juzgados por primera vez en ellos:

1- …“si alguien mata o hiere con intención, son en el Areópago, y también los de envenenamiento, si alguien mata mediante éste, y por incendio”.

Dice Pausanias en Libro I, 28,5 que desde los Propileos de la Acrópolis “también se ve una colina que se llama Areópago porque el primero en ser juzgado allí fue Ares”, y el motivo del juicio lo detalla en el Libro I, 21,4 pues junto a una fuente en el santuario de Asclepio “dicen que el hijo de Poseidón, Halirrotio, murió a manos de Ares por haber violado a su hija Alcipa, y que a causa de este asesinato se celebró por primera vez un juicio”, ante un tribunal formado por dioses y en la colina que desde entonces se llamó Colina de Ares, , Ἄρεος πάγος.

Refiere Pausanias en el Libro I,28,5 que parece ser que más tarde fue juzgado Orestes por el asesinato de su madre en la misma colina.

2-“los homicidios involuntarios y de los intencionados los casos en que se da muerte a un esclavo o extranjero, corresponden al tribunal del Paladión”.

Según Pausanias , Libro I, 28, 8-9,: “…nadie duda de que el primero que fue juzgado aquí fue Demofonte, pero por qué delito hay distintas versiones al respecto”.

Resumiendo: los atenienses debían a Demofonte el Paladio, estatua que poseía la virtud de garantizar la integridad de la ciudad que la guardaba, y que durante mucho tiempo preservó a Troya.
A su regreso de Troya, Diomedes, al mando de la flota argiva, y trayéndose consigo la imagen, por error desembarcó en el Ática, en el puerto de Falero, creyendo estar en otra región; a su vez, los locales, dirigidos por Demofonte, los confundieron por piratas, de modo que los atacaron y les arrebataron la imagen. En la carrera, Demofonte arrolló accidentalmente con su caballo a un ateniense, de manera que, según unos, fue llevado a juicio por los familiares del pisoteado y, según otros, por los argivos.

3-“si alguien reconoce que ha cometido homicidio, pero dice que ha sido legalmente, como si sorprende a un adúltero, o en guerra por error, o en lucha en los juegos, a este le juzgan en el tribunal en el Delfinio”.

Dice Pausanias en el Libro I, 28, 10: “En el Delfinio se juzga a los que declaran que han dado muerte en legítima defensa, como es el caso de Teseo, que, después de matar a Palante por haberse sublevado contra él, fue absuelto. Antes de que Teseo fuera declarado inocente, era costumbre que el asesino huyera o que, si se quedaba, muriera de la misma manera.”.

4-“y si es un huido por causa en que pueda haber composición (homicidio involuntario, que obligaba a indemnización y destierro) y se le acusa otra vez de haber matado o herido a uno, a éste le juzgan en el Freato, y él se defiende en un barco varado en la orilla”, para evitar la contaminación que su regreso al Ática antes del tiempo establecido supondría.

Pausanias Libro I, 28, 11: “…junto al mar, en el Pireo…se defienden desde una nave ante los que les escuchan en tierra. La leyenda dice que Teucro fue el primero en defenderse de este modo ante Telamón de no haber tomado parte en la muerte de Áyax.

5-Cuando no se conocía al autor del crimen, o se atribuía a un animal u objeto inanimado, el tribunal estaba formado por el arconte basileus y los reyes de las tribus, οἱ φυλοβασιλεῖς, y se sentaban en el Pritaneo o Tolos.

Pausanias explica en Libro I, 28, 10 el origen de este extraño procedimiento: “…cuando Erecteo era rey de Atenas, el sacerdote “asesino del buey” abatió por primera vez a un buey en el altar de Zeus Polieo, y, tras dejar allí el hacha, salió del país huyendo al exilio; a continuación, juzgada el hacha, fue absuelta, y todavía se sigue celebrando este juicio cada año”.

En Libro I, 24,4 Pausanias explica que en las fiestas llamadas Dipolias en honor de Zeus Polieo tenía lugar un ritual en el que se sacrificaba a un buey que había comido granos de cereales colocados sobre el altar como ofrenda al dios; acto seguido, el sacerdote asesino del buey tiraba en el suelo el hacha y simulaba huir, y los demás, como si no conocieran al sacerdote, llevaban el hacha ante el tribunal para ser juzgada. A continuación comenzaba el festín y todos los asistentes comían la carne de la víctima.

Se podría interpretar el ritual del juicio como una manera de expiar el sentimiento de culpabilidad de los atenienses por la matanza de animales para ofrecerlos a sus divinidades y posteriormente comérselos.


Imágen: de la web

viernes, 25 de abril de 2008

Discurso de defensa por el asesinato de Eratóstenes 28-29.Tipología de las pruebas judiciales. Fórmulas de presentación de pruebas.II

Esta oposición de fórmulas aparece en Lisias, Antifonte, Andócides e Isócrates (siglo V y primeros años del IV), pero desaparece a partir de los oradores posteriores.

Parece ser que en un primer momento la intervención de los testigos era oral, pero en el primer cuarto del s IV se produjo un cambio en el procedimiento por el que las comparecencias de los testigos debían hacerse también por escrito, en forma de testimonios escritos o μαρτυρίαι. Para ello se usaron las fórmulas que ya existían para la presentación de documentos.
De todos modos, el testigo debía estar presente para confirmar el contenido del testimonio que leía el secretario.

En el Discurso I de Lisias encontramos las siguientes fórmulas de presentación de pruebas:

-punto 28:

“Πρῶτον μὲν οὖν ἀνάγνωθι τὸν νόμον”.

-punto 29:

Καί μοι ἀνάβητε τούτων μάρτυρες”.

-punto 30:

Ἀνάγνωθι δέ μοι καὶ τοῦτον τὸν νόμον ( τὸν) ἐκ τῆς στήλης τῆς ἐξ Ἀρείου πάγου”.

-punto 31:

Ἀνάγνωθι δέ μοι καὶ τοῦτον τὸν νόμον”.

-punto 42:

Καί μοι ἀνάβητε τούτων μάρτυρες”.

Podemos comentar de ellas lo siguiente:

-el esquema formal básico es: Núcleo verbal + compl. Documental.
-en 29 y 42 aparece un dativo de interés con valor posesivo, y en 30 y 31 aparece un dativo propio.
-el complemento documental está expresado mediante dos palabras: νόμον y μάρτυρες.
-las fórmulas 28, 30 y 31 van dirigidas al secretario para que proceda a la lectura de la ley aducida como prueba, mientras que las fórmulas de 29 y 42 van dirigidas a los testigos.
-en los cinco ejemplos el núcleo verbal está expresado mediante el modo imperativo en tiempo de aoristo.
-la fórmula de 28 es la primera que aparece en el presente discurso; sirve de introducción y para ello utiliza el término πρῶτον; es la más escueta.
-las fórmulas de 29, 30, 31 y 42 vienen a continuación de la argumentación de un aspecto concreto, de manera que su lectura queda unida al contexto inmediatamente anterior.

Las pruebas escritas presentadas en los discursos judiciales áticos fueron de escaso interés para los estudiosos de la oratoria en época helenística y siglos posteriores, por ello en la mayoría de discursos conservados no constan, y su ausencia está indicada por un epígrafe que indica el tipo de prueba desaparecida:

ΝOΜΟΙ , ΜΑΡΤΥΡΕΣ , ΣΥΝΘΗΚΑΙ, ΒΑΣΑΝΟΙ, ΟΡΚΟΙ

LEYES, TESTIGOS, CONTRATOS, DECLARACIONES BAJO TORMENTO, JURAMENTOS

Sobre fórmulas retóricas con otras funciones ( de súplica a los jueces y de introducción a la narración) podéis leer aquí.

Fuentes:

-Aristóteles, Retórica. Trad. de Alberto Bernabé. Madrid: alianza Editorial, 2007

Bibliografía:

-Francisco Cortés Gabaudán, Fórmulas retóricas de la oratoria judicial ática, Ediciones Universidad de Salamanca ,1986

--C. Carey, Selected Speeches, Lysias, Cambridge University Press 1989

Discurso de defensa por el asesinato de Eratóstenes 28-29.Tipología de las pruebas judiciales. Fórmulas de presentación de pruebas. I

En el libro I, cap.II de su Retórica, Aristóteles distingue dos tipos de argumentos, πίστεις ἄτεχνοι y πίστεις ἔντεχνοι:

“De los argumentos, unos no pertenecen a la disciplina, otros sí. Considero no pertenecientes a la disciplina los que no son procurados por nosotros, sino que preexisten… y pertenecientes a la disciplina los que pueden organizarse a partir del método y de nuestra propia aportación. Los unos hay que utilizarlos; los otros hay que encontrarlos. De los argumentos procurados por el discurso hay tres especies: unos residen en el comportamiento del que habla; otros, en poner al oyente en una determinada disposición; otros en el propio discurso, por lo que demuestra o parece demostrar”.

En el Libro I, cap.XV, Aristóteles detalla la tipología de las pruebas o “argumentos no pertenecientes a la disciplina” que un litigante podía presentar ante un tribunal de justicia para acompañar su discurso de defensa o de ataque del contrario.

Las πίστεις ἄτεχνοι:

“Son cinco en número: leyes, testigos, contratos, declaraciones bajo tormento y juramentos”.

Con relación a todas ellas, Aristóteles explica la manera diferente de servirse de ellas que pueden hacer, tanto el que acusa como el que se defiende, según sus intereses, acrecentando o disminuyendo su importancia, relativizando y recurriendo a argumentos de lo más variados.

Así, por ejemplo, con relación a las leyes, explica que cuando una ley escrita es contraria a uno, lo mejor es recurrir a la ley no escrita y a lo razonable o a argumentos del tipo: la ley es ambigua, es contradictoria con otra ley o las condiciones en que se promulgó ya no subsisten.

Francisco Cortés Gabaudán en su libro Fórmulas retóricas de la oratoria judicial ática, establece una clasificación de estas pruebas oponiendo las orales (testigos) de las leídas (leyes, contratos y documentos varios).

La presentación de estas pruebas en un discurso es expresada mediante fórmulas (esquemas formales de carácter repetitivo que desempeñan una función retórica), concretamente fórmulas de presentación de pruebas, que marcan el paso entre la argumentación y la prueba en sí misma.


Explica también que:

1- las fórmulas de presentación de cualquier prueba escrita son fórmulas de presentación de lectura con núcleos verbales como ἀναγίγνωσκε, λέγε, ἀνάγνωθι.

Mediante ellas se invocaba al secretario, ὁ γραμματεύς, para que diera lectura al documento.


2-las fórmulas para presentar a los testigos son fórmulas de llamada con núcleos como κάλει, παρέξομαι μάρτυρας, ἀνάβηθι, μαρτυρεῖτε…

Mediante ellas se apelaba a los testigos directamente o al heraldo (ὁ κῆρυξ), encargado de llamarlos.

martes, 22 de abril de 2008

Referentes Clásicos y más

A partir de lo que estoy aprendiendo en el curso del Cefire sobre la aplicación didáctica de las nuevas tecnologías en la educación y pensando ya en el año que viene, me he atrevido a hacer este video para explicar a los alumnos qué podemos hacer en 2º de Bachillerato en la optativa de Referentes clásicos en las manifestaciones culturasles modernas.

Es una propuesta y , tratándose de una optativa minoritaria, por supuesto requiere la ayuda y colaboración del equipo directivo para facilitarnos el acceso a un aula de Informática.

Otros factores importantes para tirar adelante asignaturas minoritarias como ésta son el entusiasmo por aprender de los alumnos y las ganas de trabajar del profesor.

A mí no me faltan ganas , sólo deseo tener alumnos, y sé que les puedo contagiar mi entusiasmo!

¡Ojalá consiga convencer!

¡Gracias a Ana y a los compas del curso por su ayuda!

Ahí va:


domingo, 20 de abril de 2008

Discurso de defensa por el asesinato de Eratóstenes 27-28.El hogar doméstico.



"οὕτως, ὦ ἄνδρες, ἐκεῖνος τούτων ἔτυχεν ὧνπερ οἱ νόμοι κελεύουσι τοὺς τὰ τοιαῦτα πράττοντας, οὐκ εἰσαρπασθεὶς ἐκ τῆς ὁδοῦ, οὐδ᾽ ἐπὶ τὴν ἑστίαν καταφυγών, ὥσπερ οὗτοι λέγουσι"

"De este modo , señores, aquél recibió lo que las leyes ordenan que reciban los que realizan tales actos, sin ser prendido en su camino ni haberse refugiado en el hogar, como esos dicen."


Finalizada la narración de los hechos, los párrafos 27 y 28 sirven de puente entre ésta y la argumentación.
En ellos Eufileto alude a la venganza que infligió a Eratóstenes, pero sin dar detalles ni describir el asesinato, pues existiendo otras alternativas legales ante tal situación, como hemos visto aquí, en nada le hubiera favorecido, por tanto resulta más sensato simplemente mencionar las primeras actuaciones en el momento fatal del encuentro y omitir los pormenores del homicidio.


Eufileto se defiende de la acusación de haber preparado el asesinato, pues en ese caso se trataría de un homicidio con premeditación y por tanto, de ser declarado culpable, sería condenado a muerte. Para ello, en la argumentación, aportará como prueba el testimonio de los amigos que estaban junto con él en el momento del descubrimiento.

También recalca el hecho de que la víctima no se había refugiado en el hogar doméstico, lugar en el que hubiera cometido un acto sacrílego de haber usado la violencia allí mismo, y para ello da los detalles del hallazgo de la pareja adúltera en la habitación.



¿Qué representa el hogar doméstico?

Desde la sociedad homérica el fuego del hogar, y junto a él el altar doméstico, eran el centro de la vida familiar, pues en torno a ellos ocurrían algunos de los acontecimientos importantes que jalonaban la vida de los miembros de una familia en forma de ritos sagrados. Así, por ejemplo:

-los novios, el día de la boda, se colocaban delante del hogar y ofrecían un sacrificio a los dioses para pedirles prosperidad en su futura vida en común

-con la llegada del primer hijo, en el quinto día del nacimiento, tenían lugar las Anfidromías, rito que consistía en la carrera del padre con el recién nacido en brazos alrededor del hogar, en señal de reconocimiento como vástago legítimo; seguidamente lo depositaba en el suelo, junto al hogar, y con ello el hijo quedaba integrado en la familia y en el cuerpo social de la ciudad.

-también los esclavos comprados, que entraban a formar parte de una familia, eran recibidos en ésta siguiendo un rito que consistía en sentarse junto al hogar, y la dueña de la casa colocaba sobre su cabeza higos, nueces y golosinas.


El hogar estaba revestido de un carácter sagrado, en torno a él se reunían los miembros de una familia y llevaban a cabo las ceremonias rituales presentando las ofrendas a sus dioses con ocasión de diversas celebraciones: el marido dirigía el sacrifico de las víctimas y la mujer se encargaba de los gestos rituales de las libaciones y las plegarias.

Precisamente por su carácter sagrado, el hogar familiar podía ser contaminado por todo tipo de actos considerados impuros que junto a él se realizaran: las relaciones sexuales, por ejemplo, debían tener lugar lejos de su emplazamiento.

Asimismo, era lugar de refugio o de protección sagrada para quienes se acogieran a él en acción suplicante, bajo amenaza de cometer un delito de impiedad quien osara usar de la fuerza en ese espacio tenido por inviolable.

En La Odisea VII, 733 y ss, una vez entrado en el palacio de Alcínoo, Odiseo se apostó a las rodillas de la reina Arete, como suplicante, y les imploró para que le ayudaran a volver a su patria. Seguidamente, se sentó junto a la lumbre del hogar, en la ceniza, hasta que el mismo Alcínoo lo levantó y le hizo sentar en una silla para rendirle los honores de hospitalidad:

“Arete, hija de Rexenor, que parecía un dios! Después de sufrir mucho vengo a tu esposo, a tus rodillas y a tus convidados, a quines permitan los dioses vivir felizmente y entregar su herencia a los hijos que dejen en sus palacios, así como también los honores que el pueblo les haya conferido. Mas aprestadme hombres que me conduzcan, para que muy pronto vuelva a la patria; pues hace mucho tiempo que ando lejos de los amigos, padeciendo infortunios.

Dicho esto, sentóse junto a la lumbre del hogar, en la ceniza; y todos enmudecieron y quedaron silenciosos.”


En Las Tesmoforiantes de Aristófanes, Mnesíloco, haciéndose pasar por una mujer, recuerda algunos de los defectos de las mujeres, y en especial la infidelidad, y explica al resto del grupo los ardides a los que recurrió en una ocasión para engañar a su marido. A continuación, menciona que después de estar con el amante se acostó en el altar y se apoyó en el laurel sagrado.
¡Probablemente para hacer creer la decencia
y honradez que no tenía!


Fuentes:

-Homero, La Odisea. Trad. de Luís Segalá Estalella. Barcelona: Ed. Bruguera, 1967
-Aristófanes, “Las Tesmoforiantes”, en Comedias Completas II. Trad. de Juan Bautista Xuriguera. Barcelona: Iberia, 1976.

Imagen:
Afrodita desnuda sorprendida en el baño. British Museum




Ludi Saguntini 2008

El Jueves 17 de Abril,una vez más, asistimos con los alumnos al XI Festival de Teatro Grecolatino de Sagunt.
Algunos alumnos repitieron la experiencia por segunda vez; otros, los de 3º de ESO, acudieron expectantes a su primera iniciación.

Unos y otros, volvieron contentos; les gustó la jornada: visitamos los talleres, participamos en los juegos y asistimos a las representaciones en el teatro:
por la mañana, Hipólito; por la tarde,Truculentus.

Todo el centro de Sagunt rezumaba espíritu clásico. A los alumnos les gustó el ambiente.


Seriedad y tristeza en la tragedia, risa y chanza en la comedia. ¡Lo pasamos bien!









Desde aquí un sincero agradecimiento al Cefire de Sagunt y a otros muchos más que hacen posible cada año este festival: los directores y técnicos de los grupos de teatro participantes, los actores, los organizadores y responsables de los talleres de Cultura Clásica, las autoridades locales... a todos.


Sabemos que detrás de lo que vivimos el Jueves hay muchísimas horas de trabajo y esfuerzo por parte de muchos compañeros y alumnos abnegados.


¡Por todo ello, gracias! y ...

¡ENHORABUENA!



Desde luego,

lunes, 14 de abril de 2008

Discurso de defensa por el asesinato de Eratóstenes 26.Las leyes sobre el adulterio.

“ἐγὼ δ᾽εἶπον ὅτι “οὐκ ἐγὼ σε ἀποκτενῶ, ἀλλ᾽ ὁ τῆς πόλεως νόμος, ὅν σύ παραβαίνων περὶ ἐλάττονος τῶν ἡδονῶν ἐποιήσω…”

-Y yo le dije: “yo no voy a matarte, sino la ley de la ciudad que tu, al trasgredirla, tuviste en menos que a tus placeres…”


Las leyes de la ciudad prescribían diferentes castigos para el adúltero según las circunstancias:


1-si el marido sorprendía al adúltero en flagrante, podía matarlo amparado por la ley en el mismo momento, sin ser inculpado de asesinato; podía también infligirle varias humillaciones corporales o aceptar una compensación económica ofrecida por el adúltero, quien permanecía arrestado en la cárcel hasta que presentara el dinero acordado o algún tipo de garantía o fianza.

El adúltero, de no morir en el acto, tenía derecho a rebatir la acusación de adulterio, y podía presentar una denuncia ante el tribunal de los Θεσμοθεται contra el marido, alegando ser encarcelado injustamente bajo la acusación de adúltero; si ganaba el juicio, la fianza que había depositado le era restituida, y no hay testimonios que expliciten si el marido debía pagar algún tipo de recargo o multa; pero si perdía, el marido podía infligirle cualquier daño en presencia del tribunal que no supusiera derramamiento de sangre.


2- si el marido no actuaba en el mismo momento o no había sorprendido al adúltero en flagrante, tenía tres posibilidades legales:


1-presentar una
γραφή[1] μοιχείας(denuncia por adulterio) : en la que debía demostrar que el adúltero había actuado mediante la seducción, y si ganaba el pleito, el adúltero era condenado a muerte.

2-presentar una γραφή ὕβρεως (denuncia por ultraje) o una δίκη[2] βιαίων (denuncia por acto de violencia): acciones en las que debía probar que se había producido una violación, y para tal caso la pena establecida era una suma de dinero estipulada por la ley o determinada en función de la tasación de la fortuna del encausado; en todo caso una pena inferior a la muerte.

3-en último término, podía también el marido agraviado simplemente llegar a un acuerdo privado con el adúltero.


De lo anterior se deduce que la ley amparaba al marido que sorprendía en flagrante a su esposa con otro hombre, en el sentido que si mataba al amante en el mismo momento, no era requerido por la justicia, pero en ningún caso la ley conminaba a cometer tal venganza.

Por otra parte, a nuestros ojos sorprende que se estableciera una pena mayor por seducción que por violación, y ya se encarga Eufileto en su discurso de defensa de explicar los motivos de ello.

La ley prohibía al marido que había sorprendido a su mujer cometiendo adulterio seguir viviendo con ella bajo pena de ἀτιμία (pérdida del derecho de ciudadanía).

El marido, por tanto, se divorciaba de su mujer; simplemente la echaba de su casa, la repudiaba, ἀποπέμπειν, ἐκπέμπειν, ἐκβάλειν, y ella volvía a la casa de su tutor legal, padre o pariente próximo.

En cualquier circunstancia el marido podía repudiar a su mujer siempre que quisiera, sin ninguna necesidad de justificar la razón, o dicho de otra manera, bajo cualquier pretexto. La única condición existente era que tenía que restituir al padre de su mujer o tutor legal la dote. Pero en caso de infidelidad manifiesta de la mujer, no se trataba de que el marido tuviera derecho a repudiar a su mujer, sino que la ley le obligaba a hacerlo.

A la mujer se le prohibía participar en cualquier ceremonia religiosa pública, y si lo hacía podía ser castigada a pena capital.

Es significativo que, al menos por los testimonios conocidos, la ley no proveía ninguna acción legal contra una mujer que supuestamente cometiera adulterio, sólo actuaba contra el varón.

Si una mujer era ultrajada por ser llamada adúltera podía probar su inocencia ante un tribunal a través de su tutor legal, presentando éste unaγραφή ὕβρεως.

Además, parece ser que una mujer víctima de una violación recibía el mismo trato que otra que hubiera participado activamente en el adulterio.


Bibliografía:
-A.R.W.Harrison, The Law of
Athens. Oxford: Clarendon Press, 1968

Imagen:
Instrumentos de escritura de época romana. Museu d'Hostòria de la Ciutat. Barcelona.


[1] El término γραφή alude a demandas relacionadas con delitos que afectaban a la ciudad en su conjunto, y cualquier ciudadano (ὁ βουλόμενος ) podía incoarlas.

[2] El término δίκη se aplicaba a los casos que afectaban únicamente a un individuo en particular, y sólo la persona afectada, o tutor legal podía iniciar el proceso.

viernes, 11 de abril de 2008

Discurso de defensa por el asesinato de Eratóstenes 24. La sexualidad femenina II.


Sin embargo, aunque las mujeres atenienses asumieran y aceptaran esta situación como un estilo de vida impuesto, seguro que hubo oportunidades para quebrantar las normas y encontrar espacios y momentos de libertad lejos de la mirada de sus maridos o tutores.
Entre las mujeres atenienses también las hubo de infieles a sus maridos, y prueba de ello es que existieron leyes que dictaminaron castigos duros no sólo para los varones sino también para ellas.


La Comedia ática nos ofrece valiosísimos testimonios de muchos aspectos relacionados con la vida diaria de la Atenas del siglo V, y aunque haya que cogerlos con pinzas, pues no pretenden ser un fiel reflejo de la realidad, sino mostrarla a un nivel extremo de exageración y caricaturización para provocar la risa desatada, sirven para permitirnos imaginar que algunos detalles sí que serían reales.


Con relación a la infidelidad de las mujeres, nos sirve un pasaje de Las Tesmoforiantes de Aristófanes, cuando las mujeres celebran una reunión en el templo de Deméter y Perséfone para juzgar a Eurípides, a quien acusan de haberlas infamado y calumniado continuamente en sus tragedias.


Si no tiene sentido aceptar que las mujeres atenienses pudieran realizar tal asamblea y juicio en uno de los días de la fiesta dedicada a las diosas Tesmóforas, y por tanto, de entrada resultaría original como tema, e hilarante para la audiencia, no hay por qué descartar que la intervención de Mnesíloco, suegro de Eurípides, que se ha disfrazado haciéndose pasar por una mujer para defender a su yerno, tenga ciertos
visos de verdad:


“Por qué le acusamos de este modo, calentándonos la bilis, por haber divulgado dos o tres de nuestros defectos, cuando los tenemos por millares? Yo misma,…los tengo en gran número…Os voy a decir el mayor de todos: Llevaba tres días de casada y mi marido dormía a mi lado, pero yo tenía un amante, el cual había robado mi flor a la edad de siete años. Seguía enamorado de mí, y vino a arañar a mi puerta. Le oí en seguida, y sabiendo que era él, salté fuera de la cama. Mi marido me preguntaba “¿a dónde vas?” “¿yo? Tengo un fuerte dolor de vientre, un terrible cólico. Ya vuelvo”. “Ve pues.” Mientras él quedábase majando semillas de cedro, hinojo y salvia, yo eché agua a los goznes y corrí al encuentro de mi amante….”

“Eurípides nunca dijo esto, ni ha dicho que, a falta de algo mejor, nos entregamos a los esclavos o a los muleteros; ni tampoco que, después de pasar una noche libertina, mascamos ajo por la mañana para que el marido, a su regreso del puesto de vigilancia en las murallas, no sospeche de nosotras…”

“Cuántas cosas hay de las que nunca habló. Como por ejemplo esa mujer, que despliega su largo manto para que el marido lo admire a la luz, y durante ese tiempo el amante escondido puede escurrirse y escapar. ¿Ha dicho algo sobre eso? Conozco otra que durante diez días pretendió sentir los dolores del parto, hasta que alguien pudo comprarle un niño…”

En esta línea de comportamiento estaría la mujer de Eufileto, quien no parece precisamente una víctima de Eratóstenes, sino que más bien parece que ha participado activamente en la infidelidad, al menos según la declaración del propio Eufileto, aprovechando sus ausencias , e incluso atreviéndose también a estar con el amante el día en que Eufileto regresó de improviso del campo, dejándolo encerrado en la habitación. ¡Pobrecito!


Fuentes:
-Aristófanes, “Las Tesmoforiantes”, en Comedias Completas II. Trad. de Juan Bautista Xuriguera. Barcelona: Iberia, 1976.

Bibliografía:
-Sara B. Pomeroy; Diosas, Rameras, Esposas y Esclavas. Mujeres en la Antigüedad Clásica. Trad. Ricardo Lezcano.Madrid: AKAL Universitaria,1980
-Eva Cantarella, La calamidad ambigua. Trad. Andrés Pociña. Madrid: Ediciones Clásicas, 1996.
-
Mercedes Madrid, La Misoginia en Grecia. Madrid: Ediciones Cátedra, 1999.

Imagen:
*Venus púdica. British Museum


lunes, 7 de abril de 2008

Discurso de defensa por el asesinato de Eratóstenes 24. La sexualidad femenina. I



“ὤσαντες δὲ τὴν θύραν τοῦ δωματίου οἱ μὲν πρῶτοι εἰσιόντες ἔτι εἴδομεναὐτόν κατακείμενον παρὰ τῇ γυναικί, οἱ δ᾽ ὕστερον ἐν τῇ κλίνῃ γυνμὸν ἑστηκότα.”

“Tras empujar la puerta de la habitación, los que entramos primero todavía pudimos ver a aquél acostado junto a mi mujer, y los que entraron detrás, sobre la cama, desnudo, de pie”.


A partir de la aparición de la polis, y para su estabilidad económica, social y política, la vida sexual de las mujeres de los ciudadanos atenienses estuvo regulada y controlada por leyes que aseguraran la legitimidad de los recién nacidos, futuros miembros de los grupos familiares y de las instituciones de la ciudad.

La única función de la mujer ateniense con respecto a la ciudad era la de la reproducción, la conservación y perpetuación de las familias, y, por ello, los primeros legisladores ya se ocuparon de la vida íntima de sus mujeres como una cuestión de estado.


Primero Dracón, y después Solón, promulgaron leyes relativas al matrimonio, algunas de las cuales atañían directamente a aspectos íntimos de la vida sexual de los ciudadanos, y en especial de las mujeres.

En la biografía de Solón que nos ofrece Plutarco en su obra Vidas Paralelas, nos percatamos de la extrañeza que causó ya en el historiador de Queronea del siglo I, las leyes relativas al matrimonio:

-se interfería en relaciones que suponían un “desorden natural”, como el caso de viejos que quisieran casarse con muchachas, o viejas ricas con jóvenes, pues no se veía en estas relaciones el fin de la procreación.

Sólon, 20, 7-8:

“Y en las ciudades no se debe permitir tamaño desorden ni mostrar indiferencia ante relaciones a destiempo y desgraciadas, que no comportan ningún acto ni fin conyugal. Por el contrario, a un viejo que quisiera casarse con una joven, cualquier magistrado atento o legislador podría decirle lo que a Filoctetes:

¡anda que estás en condiciones de casarte, desgraciado! Y si descubre a un joven en la alcoba de una vieja rica engordando como las perdices a su lado, debería cambiarlo a casa de una novia virgen que necesite marido”.

-para los casos de adulterio o relaciones extramatrimoniales existieron castigos severos para ambas partes, pues con ellos se veía amenazado el cuerpo de auténticos ciudadanos legítimos.

Solón, 23,1-2:

“En general parecen de lo más extraño las leyes de Solón sobre las mujeres. Pues al que sorprenda a un adúltero le autoriza a matarlo. Pero por raptar a una mujer libre y forzarla, impuso una multa de cien dracmas y, por prostituirla, de veinte dracmas, con excepción de las que se pasean exhibiéndose, o sea, las heteras; pues éstas frecuentan sin recato alguno a los que les pagan. Prohíbe además vender a las hijas y hermanas, salvo si advierte que, acostada con un hombre, no es virgen”

-para todos los casos de parejas estériles y especialmente para herederas casadas en cuyo matrimonio no nacían hijos, la ley estipulaba para la mujer la obligación de tener relaciones sexuales con un pariente próximo del marido, para que la descendencia fuera de la misma estirpe; pero, además, la ley establecía la obligación para el marido de mantener relaciones sexuales con la mujer, como mínimo tres veces al mes, como medida para mantener cierta unión y muestra de cariño entre ambos.

Solón, 20, 2-5:

“Extraña y ridícula parece la que otorga a la heredera, si el que tiene potestad y autoridad legal sobre ella es impotente, el derecho a entregarse a los parientes más próximos del marido…para que los hijos sean de la misma casa y participen de su estirpe…y que el marido mantenga relaciones con la heredera como mínimo tres veces al mes. Pues aunque no nazcan hijos, al menos es ésta una señal de respeto del marido hacia su prudente esposa…”


Si pensamos en los siguientes aspectos que acompañaban una relación matrimonial típica en la sociedad ateniense del siglo V, podemos hacernos una idea de la insatisfacción afectiva y sexual dentro de la relación matrimonial en que vivirían muchas mujeres de aquella sociedad:

-la concertación del matrimonio por parte del padre o tutor con el futuro marido, según intereses patrimoniales, más que atendiendo a cuestiones sentimentales: (ἡ ἐγγύη, ης ).

-la diferencia de edad entre los esposos: el marido podía casi doblar la edad de la mujer

-la inexistencia de un período de noviazgo en el que la pareja se conociera e hiciera converger sus respectivas ilusiones con relación a un futuro común

-la disposición arquitectónica de las casas, con habitaciones separadas para los hombres y las mujeres

-la reclusión de las mujeres en sus hogares, ocupadas exclusivamente de las tareas domésticas y excluidas de los espacios públicos, frente a los trabajos y obligaciones políticas de los maridos, que los retenían fuera de casa durante gran parte del día

-los períodos de ausencia de los maridos en campañas militares

-el tiempo de ocio de los maridos que ocupaban en compañía de sus amigos: incluso si una fiesta o banquete tenía lugar en la casa, la mujer no participaba, sino que permanecía aparte, en el gineceo, junto con el resto de mujeres de la familia

-la aceptación social de las concubinas, (ἡ παλλακή, ης): mujer introducida temporalmente en una casa mediante un acuerdo entre dos familias que no suponía ninguna obligación jurídica; pasaba a ser un miembro más de la familia que ayudaba en las tareas, y con ella el esposo podía mantener relaciones sexuales sin ningún reconocimiento jurídico en caso de nacer algún hijo)

-la visita de los maridos a las cortesanas y burdeles de prostitutas, que abundaban en la ciudad

-las relaciones sexuales de los maridos con las esclavas, siempre a disposición de sus amos o de los amigos de sus amos

-a todo ello hay que añadir el hecho de que, una vez la pareja había tenido un número moderado de hijos, o al menos un hijo heredero, que asumiría el cuidado de los padres ancianos y velaría por el patrimonio familiar, el sentido de las relaciones sexuales de la pareja casada parece que se desvanecía, y todos los factores anteriores contribuían a distanciar las ocasiones de las relaciones íntimas.


Fuentes:

-Plutarco, “Solón”, en Vidas Paralelas II. Trad. de Aurelio Pérez Jiménez. Madrid : Gredos, 1996

Bibliografía:

-Sara B. Pomeroy; Diosas, Rameras, Esposas y Esclavas. Mujeres en la Antigüedad Clásica. Trad. Ricardo Lezcano.Madrid: AKAL Universitaria,1980
-Eva Cantarella, La calamidad ambigua. Trad. Andrés Pociña. Madrid: Ediciones Clásicas, 1996.
-Mercedes
Madrid, La Misoginia en Grecia. Madrid: Ediciones Cátedra, 1999.

Imágenes:

*El beso, Rodin. Museo de Rodin, Paris.
**Eros y Psique, Canova. Museo del Louvre. Paris.


sábado, 5 de abril de 2008

Discurso de defensa por el asesinato de Eratóstenes 22.¿Qué comían los griegos?

εἰδὼς δ᾽ ἐγὼ ὅτι τηνικαῦτα ἀφιγμένος οὐδένα καταλήψοιτο οἴκοι τῶν ἐπιτηδείων,
ἐκέλευον συνδειπνεῖν· καὶ ἐλθόντες οἴκαδε ὡς ἐμέ, ἀναβάντες εἰς τὸ ὑπερῷον
ἐδειπνοῦμεν”.

“Yo, como sabía que, al llegar a tal hora, no encontraría a ninguno de sus parientes en casa, le invité
a que cenara conmigo. Y una vez que llegamos a mi casa y subimos al piso de arriba, nos pusimos a cenar”.

El régimen alimenticio de los atenienses era, por lo general, bastante sobrio y moderado, en el que influirían, con toda seguridad, el clima mediterráneo y las características del suelo, bastante precario.

La base de su alimentación eran los cereales, trigo y cebada esencialmente, que tenían que importar en grandes cantidades de Egipto, Sicilia y las regiones septentrionales del Mar Negro.

En una familia de nivel medio, las mujeres amasaban el pan cada día: pan de trigo candeal en hogazas redondas (ὁ ἄρτος, ου), o pan de cebada (ἡ μάζα,ης), más barato, con el que se contentarían los más pobres. Igualmente podía comprarse en los puestos de las panaderas del ágora.

Para acompañar el pan podían comer verduras, aceitunas, cebollas, carne, pescado, fruta y dulces diversos. A todos estos alimentos se les designaba con el término genérico τὸ ὄψον,ου.

Las verduras escaseaban y eran caras. Muy frecuentemente se comía habas, garbanzos y lentejas, sobre todo en puré (τὸ ἒτνος, ους ).

Se recurría mucho al ajo, a las aceitunas que, además, servían para la elaboración del aceite, uno de sus principales productos de exportación. También se comía mucha cebolla y queso.

Junto al pan, el pescado era el segundo alimento esencial de los atenienses, sobre todo para los que vivían cerca de la costa: sardinas y anchoas de precios asequibles, pero también atún, marisco, y moluscos como la sepia y el calamar, para bolsillos más desahogados. Especialmente famosas y caras eran las anguilas, de agua dulce, del lago Copais.

Poco sabemos sobre la organización de la actividad pesquera, supuestamente artesanal e individual, de la que nos constan los puestos de venta en el ágora y la importación de grandes cantidades de salazón de regiones costeras como el Ponto Euxino.

A excepción del cerdo, la carne era cara, por lo que las familias pobres apenas la probaban salvo con ocasión de los festines de las fiestas públicas, en las que la ciudad honraba a sus dioses con sacrificios de animales, vacas, bueyes, ovejas, cabras, que eran degollados, troceados y asados para ser repartidos entre los asistentes

También era cara la carne de ave: pichones, patos, tordos, ocas… y de caza menor como las liebres.

Tanto la carne como el pescado podían prepararse en conserva, en salmuera o ahumados.

El postre (τὸ τράγημα,ατος ) consistía en fruta fresca o seca: higos secos o tiernos, uvas, nueces, o todo tipo de dulces y pasteles con miel, queso y sésamo.

Para beber tomaban agua, leche, hidromiel, y vino.
En el proceso de elaboración y conservación del vino, cada ciudad o región productora tenía sus particularidades a la hora de añadir diversos aromatizantes u otros ingredientes, de manera que algunos vinos fueron famosos y especialmente apreciados por su denominación de origen, como el de Tasos, Quíos, Lesbos y Rodas.

En pocas ocasiones se bebía vino puro sin mezclar (ἄκρατος οἶνος).Lo habitual era realizar una mezcla de vino y agua en una proporción más o menos fuerte según requirieran las circunstancias.

En cuanto a las horas de las comidas, los griegos hacían lo que hoy en día está totalmente desaconsejado, es decir, dejar la ingesta más copiosa para la noche.

Por la mañana, temprano, para el desayuno (τὸ ἀκράτισμα,ατος ) simplemente tomaban unos trozos de pan de trigo o cebada un poco humedecidos con vino puro. (ἀκρατίζομαι)

Hacia la mitad del día o a primeras horas de la tarde tomaban una comida bastante frugal o rápida (τὸ ἄριστον ).

También podían tomar algo ligero durante la tarde (τὸ ἑσπέρισμα,ατος ).

Otra comida ligera que se realizaba durante la noche era τὸ δόρπον, ου.

Pero de todas ellas se distingue la comida principal, la más abundante, que tomaban al final del día, como cena (τὸ δεῖπνον,ου), (δειπνέω: cenar), (δειπνίζω: invitar a cenar).

Bibliografía:

-Robert Flacelière, “Comidas, juegos y ocio”, en La vida cotidiana en Grecia en el siglo de Pericles. Trad. de Cristina Crespo. Madrid: Ediciones Temas de Hoy, 1989

-Imagen:

Vasos áticos para simposio 450-400 aC. M. Arq. de Madrid.

martes, 1 de abril de 2008

Discurso de defensa por el asesinato de Eratóstenes 20. Las fiestas atenienses 3. (αἱ ἑορταί)

Por otra parte, si la mayoría de ceremonias tenían carácter popular, se celebraban al aire libre y eran accesibles para cualquier ciudadano, hay algunas excepciones a esta generalización para las que sirven los siguientes ejemplos:

-algunos ritos fueron exclusivos para uno u otro sexo: por ejemplo, en las Haloa y en las Thesmophoria no se permitía la participación de los hombres; de igual modo, las mujeres eran excluidas del culto a Heracles.

-los rituales mistéricos de Eleusis requerían una fase de iniciación (ἡ τελετή) y el compromiso de sus iniciados de no revelar sus ceremonias, por tanto no eran accesibles para todos.

-además, en una misma fiesta, las diversas ceremonias eran protagonizadas y vividas con especial interés por un sexo u otro: por ejemplo, en las Skira un grupo de mujeres se reunían en el Thesmophorion y llevaban a cabo el ritual del lanzamiento de los cerdos en unas cavernas; una solemne procesión desde la Acrópolis hasta las afueras de la ciudad era llevada a cabo por sacerdotes; y, por su parte, muchachos con ramas de vid hacían carreras desde el santuario de Dioniso hasta el puerto de Falero.

No está claro hasta qué punto las fiestas suponían el cese del trabajo. Sí que se suspendían las reuniones públicas en la Asamblea, así como las sesiones de los tribunales, pero no había una ley que obligara a los ciudadanos a cerrar sus negocios aunque, probablemente, la opinión pública basada en la tradición ejercería cierta presión social sobre aquellos que no siguieran la costumbre.(ἀσεβεῖς : impíos)
La explicación más lógica al cese de las actividades deriva del hecho de que los ciudadanos no podían hacer las dos cosas, trabajar y disfrutar de la fiesta, al mismo tiempo.

Para terminar, podemos concluir que:

Las fiestas atenienses constituyen un mosaico enormemente variado y rico de ritos y celebraciones en honor de sus dioses.

Su diversidad se explica por el propio politeísmo de la religión, que no vio incongruencias en honrar a los diferentes dioses con ritos diversos , e incluso no impidió que en época clásica se incorporaran y veneraran algunos dioses de origen extranjero, como es el caso de la diosa tracia Bendis, o Asclepio, venerado en Epidauro.

Su riqueza deriva de los diversos orígenes de los que proceden las ceremonias: cultos de la realeza micénica, de las familias aristocráticas, cultos agrarios de la fertilidad, cultos locales áticos, cultos jonios, incluso antiguos cultos a dioses extranjeros que con el tiempo fueron aceptados como atenienses….

Además, el conservadurismo de la religión hizo que se preservaran ceremonias ancestrales y coexistieran con las actuales.

Las fiestas atenienses eran la expresión colectiva de los sentimientos de la comunidad hacia sus divinidades.
El término
ἑορτή(fiesta) suponía alegría, disfrute, goce y muchas de las fiestas desarrollaban este aspecto.

Con el declive de la ciudad-estado la religión ligada a ella se hizo cada vez más estereotipada. Pero las fiestas siguieron, se mantuvieron oficialmente, como parte de la esencia de la ciudad de Atenas.


Bibliografía:

-H.W.Parke, Festivals of the Athenians. London: Thames and Hudson, 1986

Imágenes:

*Detalle del Erecteion. La Acrópolis. Atenas.
**
Mármol 400-375 aC con la diosa tracia Bendis y sus oferentes.Atenas.