lunes, 28 de abril de 2008

Discurso de defensa por el asesinato de Eratóstenes 30. (Los tribunales atenienses para los homicidios II).


Competencias y funciones del Consejo del Areópago.

Si hacemos un repaso diacrónico, Aristóteles explica que en tiempos anteriores a Dracón, el Consejo del Areópago acaparaba gran parte de las competencias del gobierno de la ciudad: tenía la misión de conservar las leyes, administraba la mayor y más importante parte de los asuntos de la ciudad, y castigaba sin apelación a todos cuantos delinquían.

En cuanto a su composición, dice que la elección de los arcontes se hacía de entre los notables y los ricos, de los cuales eran escogidos los Areopagitas.

No mucho después, con la constitución de Dracón, el consejo del Areópago ya empezó a perder atribuciones pues, al crear el Consejo de 400 miembros, se trasladaron a éste las competencias de gestión y administración, y aquél mantuvo su función de guardián de las leyes y vigilaba a los magistrados para que mandasen conforme a ellas. Además, ejercía de máximo tribunal de justicia, pues “podía el agraviado denunciar ante Consejo del Areópago, indicando contra qué ley se le hacía injusticia”.

Estas mismas funciones mantuvo el Consejo del Areópago con Solón, incluyendo la del arbitraje, pues “corregía a los delincuentes como soberano de multar y castigar, y depositaba en la Acrópolis las multas, sin escribir el motivo de cada una, y juzgaba a los que se levantaban para quitar el poder al pueblo, por haber puesto contra ellos Solón la ley de εἰσαγγελία o acusación por conspiración”.

En época de la tiranía, el propio Pisístrato, que quería que todo se rigiese según las leyes, fue acusado de homicidio ante el Areópago, y allí acudió el tirano, aunque parece ser que el acusador retiró la denuncia.

Con Clístenes y sus reformas, la constitución se hizo mucho más democrática, pero el Consejo del Areópago, más o menos, se mantuvo en sus competencias, e incluso tras las Guerras Médicas se reforzó y gobernaba la ciudad por haber tomado decisiones importantes durante la guerra, de manera que “todos reconocieron la dignidad del Areópago, y los atenienses fueron muy bien gobernados en aquel tiempo.”

Durante los diecisiete años siguientes a las Guerras Médicas el Areópago se mantuvo al frente de la gestión del estado, aunque poco a poco iba perdiendo poder, hasta que Efialtes minó considerablemente sus competencias:

-reduciendo el número de miembros, al poner pleitos sobre su administración,
-arrebatándole las funciones de guardián de la constitución,
- y transfiriendo algunas de sus atribuciones al Consejo de los 500, otras a la Asamblea del pueblo y otras a los tribunales.

También Pericles, dice Aristóteles, “les quitó algunas atribuciones a los del Areópago…”.

Y desde finales del siglo V y en el siglo IV, perdido todo su poder político, sus competencias quedaron reducidas a juzgar los homicidios y algunos delitos por impiedad, como los relacionados con los olivos sagrados.


Composición

Respecto a su composición, los miembros del Areópago eran ex arcontes que entraban a formar parte de por vida de esta institución tan pronto superaban su examen de rendición de cuentas por su gestión, εὐθύναι

El arconte basileus, además de ser quien introducía el caso en el tribunal, también votaba.

Los miembros del Areópago, por su cargo vitalicio y por haber ejercido anteriormente como presidentes de tribunales de la Heliea, tenían una amplia experiencia en la aplicación de la justicia y la institución en su conjunto gozó de gran respeto.

Por falta de testimonios, no se sabe con certeza cómo eran designados los 51 Efetas, por lo que los historiadores convienen en pensar que se procedía a un sorteo. Y parece ser que debían tener, al menos, cincuenta años de edad.

Fuentes:

-Aristóteles, La constitución de Atenas. Trad. de Antonio Tovar. Madrid: Centro de Estudios Políticos y constitucionales, 2000
-Pausanias, Descripción de Grecia. Ática y Élide. Trad. de Camino Azcona García. Madrid: Alianza Editorial, 2000

Bibliografía:

-A.R.W.Harrison, The Law of Athens. Oxford: Clarendon Press, 1968

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,
está muy bien el blog. Voy buscando cosas sobre las guerras médicas para hacer un trabajo original, que no vaya a lo que de normal suelen contar los libros de historia. Me apunto lo del Areópago por si me sirve. Iré visitando los enlaces que aparecen en su blog. Y también me ha gustado mucho la entrada de "buenas prácticas" para hacer trabajos!! tomo nota

Por cierto, una anécdota sobre arístides desde dos sitios:
http://alegria-entrelineas.blogspot.com/2011/11/una-razon-sin-razon.html

http://curistoria.blogspot.com/2012/01/aristides-el-justo.html

pako

Virginia dijo...

Me alegro si alguna cosa de las de aquí te sirve en tus tareas.
Gracias por los enlaces.