Helio, pues, consiguió su tarea para todos los días,
y jamás se le ofrece descanso ninguno, ni a él
ni a sus caballos, en cuanto la aurora de dedos rosáceos
abandona el Océano y asciende hasta el cielo.
A él sobre el mar lo transporta su lecho encantado,
cóncavo, moldeado por las manos de Hefesto,
de oro precioso, provisto de alas, sobre las ondas del agua;
durmiendo plácido viaja desde el país de las Hespérides
a la región de los Etíopes, donde su raudo carro y corceles
le aguardan, en tanto aparece la Aurora nacida en el alba.
Y entonces se sube a su carro el hijo de Hiperión.
Tal misión tiene a su cargo Helio, el hijo de Hiperión, traer la luz del dia a los dioses olímpicos y a los mortales que viven sobre la tierra. Desde la región de los etíopes navega por el cielo sobre su carro, del que tiran cuatro fabulosos caballos. Al final de su recorrido llega a Occidente, atardece, y desde allí, en la oscuridad de la noche, es trasportado por mar nuevamente hasta donde surge cada día la Aurora.
Nadie puede sustituirlo, y a él exclusivamente está asignada tal responsabilidad. Sin embargo, nada peor puede ocurrirle como padre que el hecho de que uno de sus propios hijos, Faetón, llevado por su imprudencia, se obstine y se obceque en pretender conseguir lo que no debiera, llevar la luz a los vivientes conduciendo el carro solar. No debiera simplemente porque no puede, porque ser hijo de Helio no implica ser como Helio. Por ello su imprudencia pone en peligro a todo el orbe, pero Zeus interviene, lo destruye con su rayo y restablece nuevamente el ciclo solar.
Quedan Helio y Clímene afligidos por la pérdida del hijo, y las Helíades, sus hermanas, lo lloran desconsoladamente hasta transmutar el ser.
Nadie puede sustituirlo, y a él exclusivamente está asignada tal responsabilidad. Sin embargo, nada peor puede ocurrirle como padre que el hecho de que uno de sus propios hijos, Faetón, llevado por su imprudencia, se obstine y se obceque en pretender conseguir lo que no debiera, llevar la luz a los vivientes conduciendo el carro solar. No debiera simplemente porque no puede, porque ser hijo de Helio no implica ser como Helio. Por ello su imprudencia pone en peligro a todo el orbe, pero Zeus interviene, lo destruye con su rayo y restablece nuevamente el ciclo solar.
Quedan Helio y Clímene afligidos por la pérdida del hijo, y las Helíades, sus hermanas, lo lloran desconsoladamente hasta transmutar el ser.
Este es el mito de Faetón y a él nos vamos a dedicar por un tiempo. Nuestro trabajo va a consistir en glosar la FÁBULA DE FAETÓN de Juan de Tassis, Conde de Villamediana. Va a ser un trabajo colaborativo: WIKIPHAETHON. Será vuestra primera experiencia en una página web compartida, donde la responsabilidad de cada uno contribuirá al éxito del conjunto.
Los objetivos planteados respecto al contenido del trabajo son:
-que descubráis la pervivencia de la mitología clásica en la literatura española, concretamente en el género poético de la fábula mitológica.
-que conozcáis las fuentes literarias clásicas en que se basa la Fábula de Faetón.
-que conozcáis al detalle el mito de Faetón según la ampliación literaria que lleva a cabo Juan de Tasis, así como la historia de los otros muchos personajes míticos que acompañan al tema principal.
-que conozcáis los rasgos carácterísticos de la fábula mitológica como género poético en boga en la Edad de Oro de la literatura española.
-que conozcáis ejemplos diversos del género.
-que busquéis el rastro de Faetón en otros géneros literarios, e incluso en las artes plásticas.
-que reflexionéis sobre las cuestiones de estilo en la creación poética, y
-que ampliéis vuestro vocabulario.
Por otro lado, los objetivos a alcanzar respecto a las TIC son:
-que participéis y colaboréis de manera activa y constructiva en el desarrollo de una página web de contenido educativo.
-que os familiaricéis en el uso y manejo de Wikispaces, herramienta elegida como cuaderno colaborativo donde tendréis que incorporar texto, imágenes, enlaces...
Se tendrán en cuenta para la calificación los siguientes aspectos:
-la capacidad de síntesis y claridad en las "glosas mitológicas"
-las aclaraciones léxicas
-las aclaraciones retóricas
-la adecuación de las imágenes.
¡Empecemos, pues, nuestro travesía solar!
*Traducción de Carlos García Gual.
**Imagen: El carro de Apolo. Odilon Redon, 1907.
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