miércoles, 20 de diciembre de 2006

ΑΠΟΛΟΓΙΑ ΣΩΚΡΑΤΟΥΣ 7

“ Es evidente que podré recurrir a la muerte que sea considerada más fácil por parte de los que se encargan de esto, y más llevadera para mis amigos, aún causando una enorme nostalgia del que se muere”.

El sistema judicial ateniense establecía diversas penas en función del delito cometido y de la condición del acusado (ciudadano, meteco, esclavo).
Así existían penas pecuniarias como las multas, daños y perjuicios, confiscación parcial o total de los bienes.
Penas aflictivas: destierro temporal o definitivo; privación de los derechos del ciudadano (atimía); prisión (casi exclusivamente para los no ciudadanos, salvo los condenados a muerte en espera de la aplicación de la sentencia); suplicios para los esclavos como flagelación en la rueda,( Aristófanes, la Paz,452 y ss: “si algún ambicioso quiere ser general, o si algún esclavo dispuesto a pasarse al enemigo se niega a ayudarnos, que sean atados a la rueda y azotados”), marca al rojo vivo, la picota ( columna de piedra donde se exponían públicamente las cabezas de los ajusticiados, o los reos); la muerte.
Penas infamantes, de carácter arcaico y religioso: prohibición a las mujeres adúlteras de llevar adornos y de entrar en los templos, imprecaciones contra los sacrílegos, inscripción ignominiosa en una estela, privación de sepultura (recordemos la tragedia Antígona).

Una vez concluido, el presidente del tribunal ordenaba levantar acta del juicio para ser enviada a los encargados de la ejecución de la sentencia: bien a los Once (jefes de los carceleros y los verdugos); a los Practores (que recibían las multas) o a los Poletas (encargados de vender en subasta pública los bienes confiscados, y de entregar al acusador la compensación correspondiente y al tesoro público el diezmo legal.

En casos en que no podían hacer frente a las penas pecuniarias, los condenados podían optar al exilio voluntario.(Por ejemplo, en el año 324 Demóstenes fue declarado culpable de aceptar un soborno del noble macedonio Harpalo, gobernador de Alejandro Magno, que se había refugiado en Atenas, y se marchó al exilio, volviendo nuevamente a Atenas un año después , tras la muerte de Alejandro).

Para los acusados a pena de muerte existían diversos procedimientos: la cicuta ( el procedimiento menos cruel; una especie de suicidio tolerado); un suplicio atroz consistente en atar al condenado desnudo, mediante cinco garfios, cuatro para las extremidades, y uno para el cuello, a un poste de madera levantado en el suelo, de manera que el reo queda suspendido sobre el garfio que rodea el cuello, provocando el peso del propio cuerpo un sufrimiento terrible. Estaba prohibido acercarse y procurar cualquier alivio al reo, de modo que en pocos días moría. (en 1915 fue descubierta en Falero una fosa común, anterior a la época clásica, con diecisiete cadáveres con un collar de hierro al cuello y garfios alrededor de las manos y de los pies); la exposición sobre un tablón vertical. (Aristófanes en Las Tesmoforias 930-1014, nos muestra a Mnesíloco que va a ser atado a un poste mediante argollas vestido con un traje de color azafrán, para mayor escarnio)

Se utilizaba el término apotimpanismós para designar la ejecución capital, pero no está claro si se refiere a la práctica antes descrita de atar al condenado con cinco garfios a un poste, o a una muerte a garrotazos o a la decapitación.

En todo caso los testimonios literarios y arqueológicos constatan la práctica de estas ejecuciones, que se realizaban fuera de la ciudad, cerca de las largas murallas del norte entre Atenas y el Pireo.

En los casos de sacrilegio y crímenes políticos, se arrojaba al condenado al Báratro, precipicio situado al oeste de la Acrópolis.
Igualmente se aplicó la lapidación a los impíos y traidores.(Heródoto cuenta en Historias ,IX,5 cómo en el año 479 el buleuta Lícidas fue lapidado por los propios miembros del consejo tras escucharle proponer aceptar la oferta del persa Mardonio).

(Sacado de La vida cotidiana en Grecia en el siglo de Pericles, Robert Flacelière)

Más sobre la pena de muerte en la antigüedad podéis leer aquí. (en italiano, pero muy interesante)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

FANTÁSTICA EXPOSICIÓN, VIRGINIA!!! Hay cosas que no había leído o, al menos, no las recordaba. Me gusta pasarme por tu blog.
Besos!
Elena

Anónimo dijo...

Serra que seeeeeeerra, serra que seeeerra.

Virginia dijo...

Muy simpático o simpatica!!

Bueno, para ser la primera vez, no estuvo tan mal, no?

Feliz Navidad!

Unknown dijo...

Enhorabuena por el blog y por los extractos sobre la muerte de Sócrates. Te he enlazado en mi blog, que estaré encantado de que visites:

http://filologiaclasica.blogspot.com/