lunes, 22 de enero de 2007

ΑΠΟΛΟΓΙΑ ΣΩΚΡΑΤΟΥΣ 11. LOS ACUSADORES


“Pero ésto, jueces, es lo que en primer lugar me sorprende de Meleto…”

En La Apología de Platón el propio Sócrates al comienzo de su intervención explica a los jueces que va a defenderse frente a dos tipos de acusaciones y dos tipos de acusadores. El criterio es temporal.

Los primeros acusadores son un grupo indeterminado de atenienses, muchos por cierto, que caen en el anonimato a excepción de un comediógrafo (sabemos que se refiere a Aristófanes),que lo han estado criticando durante muchos años hablando mal de él a todo el mundo ( también a los propios jueces presentes cuando eran jóvenes), y son los que han creado y extendido con sus calumnias una falsa imagen de Sócrates diciendo que “Sócrates comete delito y se mete en lo que no debe al investigar las cosas subterráneas y celestes, al hacer más fuerte el argumento más débil y al enseñar estas mismas cosas a otros”, y que además cobra dinero por ello.
Éstos son los que más teme.

¿De dónde surgen estas calumnias?

Sócrates lo explica: posee cierta sabiduría, y no lo dice él, sino el dios de Delfos , a quien consultó su amigo Querefonte en cierta ocasión. El dios dijo que no había nadie más sabio y Sócrates, aún creyendo que no sabía nada, pero seguro de que el dios decía la verdad, se dirigió a la gente de la calle , a los que creen que saben mucho ( políticos, poetas, artesanos) , hablaba con ellos y les hacía preguntas descubriendo que realmente no sabían nada.
Y como los jóvenes que libremente le acompañaban y le escuchaban hacían lo mismo e interrogaban a los mayores, éstos se irritaban y decían que Sócrates corrompía a los jóvenes y hablaban mal de él como lo hacían de todos los que filosofan.


Dando crédito a todas estas calumnias que vienen de tiempo atrás, se presentaron como acusadores reales los llamados por él segundos acusadores: Meleto, Ánito y Licón declarando bajo juramento que “ Sócrates delinque corrompiendo a los jóvenes y no creyendo en los dioses en los que la ciudad cree, sino en otras divinidades nuevas”.

Meleto era un joven poco conocido y fue quien a todos los efectos presentó la acusación contra Sócrates. Ánito era un ateniense bien acomodado de cierta notoriedad política, y Licón era un orador de poco lustre.

Respeto a Meleto, en el diálogo Eutifrón, Sócrates haciendo uso de su conocida ironía nos lo caracteriza :

“No lo conozco bien yo mismo, Eutifrón, pues parece que es joven y poco conocido…….de pelos largos, poca barba y nariz aguileña…..¿qué acusación? Me parece que de altas aspiraciones . En efecto, no es poca cosa que un joven comprenda un asunto de tanta importancia. Según dice, él sabe de qué modo se corrompe a los jóvenes y quiénes lo corrompen. Es probable que sea algún sabio que, habiendo observado mi ignorancia, viene a acusarme ante la ciudad, como ante una madre, de corromper a los de su edad. Me parece que es el único de los políticos que empieza como es debido : pues es sensato preocuparse en primer lugar de que los jóvenes sean lo mejor posible………….Después de esto, es evidente que se ocupará de los de mi edad y será el causante de los mayores bienes para la ciudad……..”

Para las citas de la Apología y Eutifrón he utilizado la traducción de la Biblioteca Clásica Gredos

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