lunes, 14 de enero de 2008

Discurso de defensa por el asesinato de Eratóstenes. 14.(Higiene y cosmética de la mujer)

“ἔδοξε δέ μοι, ὦ ἄνδρες, τὸ πρόσωπον ἐψιμυθιῶσθαι, τοῦ ἀδελφοῦ τεθνεῶτος οὔπω τριάκονθ᾽ ἡμέρας.”

“Pero me pareció, señores, que se había maquillado la cara, aún cuando su hermano llevaba muerto no hacía ni treinta días.”


Tal como hoy en día, las mujeres de la Antigüedad eran coquetas y les gustaba cuidar su aspecto exterior para resultar más atractivas.

En Atenas existieron desde la época clásica baños públicos con salas reservadas para las mujeres, pero con toda probabilidad las atenienses de clase acomodada no los frecuentarían, pues se bañaban en su propia casa, de la que solo salían en ocasiones especiales.

En el espacio de la casa destinado a las mujeres, el gineceo, se hallaba un cuarto destinado al baño y aseo personal de éstas,λουτρόν.


Podían utilizarse bañeras, πύελος , de barro cocido, de piedra o de pequeños ladrillos cubiertos con un revestimiento. Con una longitud que no permitía tumbarse completamente, el fondo podía adquirir en la parte posterior forma de asiento, y carecían de desagüe, por lo que se tenían que llenar y vaciar manualmente.

También se usaron tinas o jofainas circulares u ovales, de metal, barro cocido o madera, para el lavado parcial o el baño de los niños pequeños.

Para los pies podían usarse palanganas poco profundas, de metal, sostenidas por tres patas.

Pero el utensilio de lavado más extendido en época clásica fue la gran pila circular profunda,λουτήριον, sostenida por una base bastante alta, muy ancha en la parte inferior y rematada por un capitel que solía ser jónico. Solían ser de piedra o de barro cocido; su llenado y vaciado era manual, y se usaban tanto en las palestras, para la higiene de los hombres, como en las casas privadas.

Los griegos no conocían el jabón, y en su defecto utilizaban un carbonato de sosa impuro, una solución de potasa obtenida a partir de cenizas de madera o una arcilla especial.


Como accesorios del aseo femenino podemos señalar en primer lugar la navaja, que utilizaban las mujeres para depilarse. Indispensable en el tocador era el espejo, con el que observaban con detalle los últimos retoques, y presente en todas las representaciones de escenas de tocador.

Para arreglarse el pelo tenían peines, que podían ser de madera, hueso, marfil, concha o bronce, a veces con delicados adornos incisos; y, para sujetarlo, usaban cintas, ínfulas, velos y pequeñas cofias. En ocasiones, podían usar trenzas postizas y pelucas, e incluso se teñían el pelo para obtener un color deseado, especialmente el rubio.


Tal como hacemos hoy, las mujeres griegas se maquillaban; el uso de cosméticos estaba muy extendido, y solo cuando se guardaba luto por un familiar o cuando asistían a los misterios estaba mal visto.
Carbonato básico de plomo de color blanco (albayalde) era usado para aclarar la piel, pues una tez blanca era signo de belleza. Para realzar el color de las mejillas y para los labios usaban tinta roja procedente de la orcaneta, un tipo de planta herbácea.

Incluso las más atrevidas marcaban la línea de sus ojos y de sus cejas con trazos negros o marrones.

También utilizaban cremas de belleza y todo tipo de perfumes preparados a partir de una base de aceite de oliva y esencias naturales.


Como contenedores específicos de cremas y perfumes, así como para las joyas (coronas, collares, pulseras, pendientes, brazaletes, aros, cadenitas…) usaban vasos de cerámica de tamaño más o menos pequeño y formas diversas:


-el lecito tenía un cuello estrecho para controlar la salida del líquido
-el alabastro tenía un cuello muy prieto para que saliera el perfume gota a gota
-la píxide , la lecánide, y la plemócoe eran cofres de tocador para guardar las joyas
-el aríbalo tenía una correa para llevar o para colgar (especialmente usado por los hombres para guardar el aceite de oliva con que se frotaban después de los ejercicios en el gimnasio o la palestra).

Finalmente, podemos mencionar como accesorios o complementos propios de la mujer el abanico, simple pantalla con forma circular o de palmeta, y la sombrilla, muy parecida a las actuales, que siempre era llevada por un esclavo colocado detrás de la mujer a la que resguardaba.


Bibliografía:

-Robert Flacelière, “El aseo y el vestido”, en La vida cotidiana en Grecia en el siglo de Pericles. Trad. de Cristina Crespo. Madrid: Ediciones Temas de Hoy, 1989

-François Lisarrage, “Una mirada ateniense”, en Historia de las mujeres. I- La Antigüedad. Trad. de Marco Aurelio Galmarini. Madrid: Taurus, 1993


Imágenes: ( procedentes del Museo Arqueológico de Madrid)

*Lebes nupcial de Paestum ( 430 aC). Escena de mujeres en el baño junto a la pila circular.

**Espejo de bronce (s IV-III aC) y píxide de Apulia (340-300 aC) con tapadera de lebes , regalo de boda.

***Colllar y pendientes de oro griegos (s III-I aC). Lecánide ( s V aC ) para guardar objetos de tocador

****Vasos para tocador: alabastro, lecito, píxide, plemócoe


7 comentarios:

Ana Ovando dijo...

Me encanta la forma de presentar cada aspecto de Grecia a través de cada fragmento de Lisias. Enhorabuena por ese magnífico trabajo, estoy aprendiendo muchísimo contigo.

Virginia dijo...

Tu siempre tan generosa; gracias Ana; la que realmente está aprendiendo muchísimo de todos los que estáis ahí al otro lado soy yo. Y lo que te rondaré, morena!

Anónimo dijo...

Fantástico, precioso, estéticamente impecable... me gusta mucho, Vir, aunque no esté en clase, me mantienes al día. Sería una pasada sacar tiempo para lo que hablamos. Un beso

Anónimo dijo...

Virginia, leo con mucho placer tus post y estoy totalmente de acuerdo con lo que dice Ana, hasta el punto que hace unos días le envié una sugerencia y como me refiero a ti te la copio a continuación. Un abrazo, Mercedes
Hay una cantidad de post interensantísimos en muchos de los blogs de clásicas que es una pena que no se reúnan, titulen y sistematicen, lo que permitiría acceder de forma rápida y cómoda a un material de una calidad excelente y facilitaría su conocimiento puesto que siempre sabrías dónde poder consultarlo, en vez de quedarse almacenado cada uno de ellos en su correspondiente blog, donde, salvo que tengas mucho tiempo o seas un fan de ese blog, muchas veces te pasan desapercibidos o no los puedes leer en su momento por falta de tiempo (hay que ver todo lo que la gente escribe) y luego no te acuerdas en qué blog estaba o en qué mes estaba. Estoy pensando en las contribuciones que hacéis desde Voces griegas y Latinas, las de Atalanta, las de Salva en el Cinturón de Hipólita, etc, etc

De esto ya hablamos Olga cuando estuvo en casa. Incluso le sugerí que, si no era pecar de hybris o plagio, se podía llamar QUIRONPEDIA.

Cada post llevaría el nombre de su autor o autora, quien se responsabilizaría de su contenido y decidiría los comentarios que se incluían en él de los que, en su momento, la gente les hubiera hecho, tras ,por supuesto, decidir su inclusión o no en este espacio. Lo que no obsta para que también, si se ve necesario, se estableciera una especie de filtro para evitar que se colara información que ya está en la red (muchos post son simples paráfrasis de la wikipedia) o se exigiera citar las fuentes, algo cada vez más raro y cuya omisión a mí me parece imperdonable. (en este aspecto los post de Virginia son impecables)

Yo no tengo mucha idea de las cuestiones técnicas, pero me ofrezco a ayudar a la clasificación o a cualquier otra cosa que pueda hacer.

Virginia dijo...

Gracias Ele. Desde luego queda pendiente para cuando estemos un poco más desahogadas. Un beso!

Virginia dijo...

Gracias, Mercedes, por tu comentario.Desde luego, tú siempre con ideas innovadoras.
Me identifico totalmente con lo que comentas sobre el seguimiento de los blogs; a mí me pasa exactamente eso, así que lo veo muy útil, práctico,y fructífero.
El nombre de Quironpedia parece muy acertado.
Por otra parte, con toda la humildad del mundo, sería para mí un honor poder contribuir en lo que pudiera.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pues a mí también me parece una fantástica idea, muy,muy práctica.
BEsos a las tres
Elena.