jueves, 15 de septiembre de 2011

Jenofonte

Empezamos este nuevo curso con una novedad muy importante en cuanto al texto de traducción para 2º de Bachillerato. Este año nuestro autor va a ser Jenofonte.

A modo de introducción podríamos volver a este post de hace ya cierto tiempo en el que, para practicar nuestro inglés, yo escribí y otros alumnos leyeron algunas notas sobre este autor, cuando traducíamos su Apología de Sócrates.

Sin embargo, hecho esto, me propongo añadir algunas consideraciones más de carácter general, o no tanto, que nos ayuden a conocer mejor al personaje que nos va a acompañar a lo largo de todo el curso, tanto en lo que a cuestiones biográficas se refiere, como de obra y estilo.
Asimismo, iremos tratando de manera particular aquellos aspectos que aparezcan en los textos que nos resulten merecedores de una explicación más amplia.

Así que, ¡manos a la obra y bienvenidos a Griego II en el nuevo curso escolar 2011-12!

A partir de la lectura de varios libros que versan sobre la Historiografía griega y, en particular sobre Jenofonte, he podido extraer una conclusión que puede servirnos para empezar.
Jenofonte fue un escritor en prosa que mereció ya entre los antiguos el honor de ser considerado uno de los historiadores más importantes del mundo griego, y un modelo a seguir por los escritores en prosa posteriores a él. Así, como miembro de la famosa “tríada” de historiadores de época clásica - Heródoto, Tucídides y Jenofonte- ha llegado hasta nuestros días. Lo avalan la extensión y variedad de su obra, que ha sobrevivido al paso del tiempo en su totalidad, suerte que no han tenido otros muchos autores.
Sin embargo, desde el siglo XIX, no han faltado, de entre los especialistas en filología clásica, quienes no han querido reconocerle los méritos que sí vieron los antiguos y, al compararlo con Tucídides, por su producción historiográfica,  le han atribuído defectos como la falta de rigor en las fuentes de información o en la búsqueda de la verdad, o la ausencia de análisis de las causas que provocan los hechos. Y cuando lo han comparado con Platón, por sus obras de carácter filosófico, aquellas que están inspiradas en la figura de Sócrates, también lo han visto como un escritor de segundo orden.
De igual modo, también se han levantado otras muchas voces que han defendido su talento literario y, sin confrontarlo con otros escritores,  han incidido más en sus virtudes:

- de entrada, constituye una fuente fundamental para el conocimiento de los últimos años del siglo V y casi toda la primera mitad del siglo IV, y el más importante testimonio del género historiográfico en ese último siglo.
- el carácter heterogéneo de su obra: su iniciativa de distribuir en géneros literarios distintos -biografía, autobiografía, tratados técnicos, memorias, historia, tratados políticos , obras didácticas, diálogos...- todo un material recabado a partir de su propia experiencia o del conocimiento de personas que fueron testimonio directo de los hechos referidos.
- su inclinación por el retrato moral de los personajes en los fragmentos discursivos, así como el mismo protagonismo de ciertos personajes en algunas de sus obras, que anuncia el individualismo de la época helenística.
- su capacidad literaria para destacar el dramatismo en determinados pasajes.
- la moderada influencia en su obra de la retórica, género omnipresente en el siglo IV., y
- la claridad y sencillez de su lenguaje.

 ¡Tendremos tiempo de comprobar todo esto y descubrir algunas cosas más a lo largo del presente curso!

3 comentarios:

caludio eliano dijo...

Te deseo que en nuevo curso que vamos (vamos, que alegría yo también) a empezar sea muy, muy bueno, sea genial, encima con Jenofonte.
Καλλή σχολική χρονιά.

Virginia dijo...

Sí mujer, todo irá bien! Me alegro mucho por tí!

Emilio Muñoz dijo...

Hace muchos años ya, leí el Anabasis. Efectivamente, eché de menos la "argamasa" de una tesis interpretativa. Sin embargo, tal desnudez de opiniones me ayudó a descubrir por mí mismo su forma de vivir y pensar.

Aunque no soy alumno ni profesor (pero sigo siendo aprendiz de casi todo) valoro muy positivamente el conocimiento de la historia de la humanidad y especialmente, periodos tan fecundos como este, el de la antigüedad clásica.

Mucho ánimo y que sea fecundo el esfuerzo que realizáis las personas que os dedicáis a esta labor tan árida pero tan importante.

Un fuerte abrazo.