jueves, 22 de noviembre de 2007

Discurso de Defensa por el Asesinato de Eratóstenes. 7 ( Responsabilidades de la mujer casada)


“ἐν μὲν οὖν τῷ πρώτῳ χρόνῳ, ὦ Ἀθηναῖοι, πασῶν ἦν βελτίστη, καὶ γὰρ οἰκονόμος δεινὴ καὶ φειδωλὸς [ἀγαθὴ] καὶ ἀκριβὼς πάντα διοικοῦσα”.

“Así pues, al principio, atenienses, era la mejor de todas, pues era una hábil administradora de los bienes de la casa, ahorradora, y atendía todo con rigor.”

Leyendo los capítulos VII-X del Económico de Jenofonte podemos hacernos una idea y extraer conclusiones acerca de las responsabilidades de la mujer casada en el hogar en época clásica.

Dice Iscómaco, el interlocutor de Sócrates:

“…nunca paso el día dentro de mi casa, pues mi mujer se basta por sí sola para administrarla.”

Esta era la responsabilidad de una mujer cuando pasaba a su nueva vida de casada: administrar todo lo relativo a la casa permaneciendo dentro de ella.

Pero ¿en qué condiciones asume esta nueva responsabilidad? Y le pregunta Sócrates a Iscómaco: “¿la educaste tú personalmente hasta que llegó a ser como es debido o, cuando la recibiste de su padre y de su madre, ya sabía administrar lo que le incumbe?.”

Y a su vez Iscómaco le contesta: “¿Y qué podía saber cuando la recibí por esposa, si cuando vino a mi casa aún no había cumplido los quince años y antes vivió sometida a una gran vigilancia, para que viera, oyera y preguntara lo menos posible? ¿No te parece que pude estar contento si llegó a mi casa sin saber otra cosa que hacer un manto, si recibía la lana, o sin haber visto otra cosa que cómo se reparte el trabajo de la hilatura entre las criadas? Y en cuanto a la gula se refiere, Sócrates, vino perfectamente educada”.

Según esto, el marido está contento de que la mujer que recibió como esposa tuviera como cualidades la discreción, el conocimiento de las labores del telar y el control de su apetito.

Y nuevamente pregunta Sócrates “¿educaste tú mismo a tu mujer hasta que fue capaz de encargarse de los deberes que le corresponden?”

Y su amigo Iscómaco contesta: “¡Si, por Zeus!...pero no lo hice sin hacer antes sacrificios a los dioses y haberles suplicado que me concedieran a mí enseñar y a ella aprender lo que fuera mejor para ambos”.

Y al preguntar Sócrates “ ¿qué fue lo primero que le enseñaste?”, Iscómaco le respondió que antes que nada le explicó los motivos por los que se habían casado: para educar a los hijos cuando los tuvieran y administrar la hacienda que poseían en común, pues “ es propio de personas juiciosas, tanto del hombre como de la mujer, actuar de manera que el patrimonio esté en las mejores condiciones posibles y se acreciente lo más posible por medios honestos y legítimos”.


Iscómaco explica a Sócrates lo que le dijo a su mujer: “intenta cumplir lo mejor posible lo que los dioses te capacitaron para hacer y la ley ha sancionado”.

Como su mujer le preguntó: “¿y qué es?”. Iscómaco procede a explicarle todas las labores y responsabilidades que le corresponden, según él, por sanción divina y que la ley corrobora: “…ya que tanto las faenas de dentro como las de fuera necesitan atención y cuidado, la divinidad, en mi opinión, creó la naturaleza de la mujer apta desde un principio para las labores y cuidados interiores, y la del varón para los cuidados y trabajos de fuera”.

A continuación esquematizo,según Iscómaco, la diferenciación de tareas para el marido y la mujer con relación al hogar, en función de las aptitudes que la divinidad ha otorgado a cada uno de ellos:

En cuanto al hombre

En cuanto a la mujer

Aptitudes

Tareas

Aptitudes

Tareas

Cuerpo y mente para soportar fríos, calor, viajes, guerras.

Trabajos de fuera.

Cuerpo menos capaz para estas fatigas.

Las faenas de dentro.



Mayor cariño hacia los recién nacidos.

Crianza de los niños.



Carácter medroso: mayor grado de miedo

Vigilancia de los víveres.

Mayor parte de audacia

Para la necesidad de defenderse.



Memoria y atención con imparcialidad para ambos porque los dos tienen necesidad de dar y recibir.

Facultad de ejercer el debido autocontrol con imparcialidad para ambos.

Al hombre le resulta más impropio estar dentro que cuidarse de los trabajos de fuera.

Para la mujer es más honroso permanecer dentro de casa.


“ Y como ambos por naturaleza no tienen las mismas aptitudes, precisamente por ello se necesitan mutuamente, y la pareja es más provechosa porque uno puede lo que al otro le falta.”

“Además, la ley declara que son honorables las ocupaciones para las que la divinidad dio a cada uno de nosotros mayor capacidad natural.”


Estas son las instrucciones concretas que le da Iscómaco a su mujer para el buen gobierno de su hacienda:

“tendrás que estar dentro de casa”

“despachar afuera a los esclavos cuyo trabajo esté en el exterior”

“vigilar a los que tienen que trabajar dentro”

“recibir las mercancías que entren”

“repartir lo que haya que gastar”

“prever y cuidar que el presupuesto aprobado para un año no se gaste en un mes”

“cuando te traigan lana, preocuparte de que se hagan vestidos a los que los necesiten”

“procurar que el grano seco se conserve para que se pueda comer bien”

“si se pone enfermo uno de los esclavos, …procurar por todos los medios que se cure”

“cuando te hagas cargo de un esclava que no sepa hilar, la instruyas y dobles el valor que tiene para ti”

“o cuando te encargues de otra que no sepa administrar ni servir y la conviertas en una criada capaz, leal y eficiente, de un valor inapreciable”

“cuando puedas recompensar a los servidores buenos y provechosos para tu hacienda”

“castigar a los que resulten malos.”

Finalmente, Iscómaco recomienda a su mujer que , a través del cumplimiento de todas sus responsabilidades, demuestre ser mejor que él, de manera que, tal como vaya envejeciendo, “cuanto mejor consorte resultes para mí y mejor guardiana de la hacienda, tanto mayor aprecio tendrás en la casa.”

Fuentes:

Jenofonte, Económico. Trad. de Juan Zaragoza. Madrid: Biblioteca Clásica Gredos, 1993

Imágenes:

*Pyxis 850-800 aC; Oinochoe de cuello largo 800-760 aC,Atenas. British Museum
**Oinochoe con asa trenzada, estilo geométrico, 850-800 aC, Atenas. British Museum

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Discurso de Defensa por el Asesinato de Eratóstenes. 6 (El matrimonio)


“ἐπειδὴ ἔδοξέ μοι
γῆμαι καὶ γυναῖκα ἠγαγόμην εἰς τὴν οἰκίαν…”“Una vez que tomé la decisión de casarme y llevé una mujer a mi casa…”

Se utiliza el verbo γαμέω que, aunque en voz activa básicamente quiere decir casarse el hombre, aquí el término alude al hecho de que Eratóstenes ha decidido ya el día para celebrar la unión de facto con su futura mujer, introduciéndola en su casa.
No utiliza ἐγγυάω que significa dar una garantía, hacer una promesa, en particular hacer una promesa de matrimonio.

La práctica del matrimonio entre los griegos tenía dos fases una la ἐγγυή, o acuerdo privado entre el κύριος o representante legal de la joven (normalmente el padre, a no ser que haya muerto) y el pretendiente (varón mayor de edad que actúa por sí mismo). En ese acuerdo se establecía un compromiso de palabra que, a partir de ese momento, unía a las dos familias, corroborado ello por algunos testigos.

Este gesto de unión entre dos familias, sin embargo, no suponía la convivencia real de la pareja, hecho que tenía lugar tras la segunda fase del matrimonio o γάμος , que podía ocurrir unos cuantos meses después, o también sabemos de casos en que se producía al cabo de unos años, si el compromiso ocurrió cuando la novia era todavía una niña.

El matrimonio se hacía efectivo realmente con el γάμος, día de celebración y de fiesta, más parecido a nuestras bodas. Ese día era trascendental para la novia por ser protagonista pasiva de un traslado doble: uno físico, pues era trasladada de la casa del padre a la casa del marido; y otro jurídico, al pasar de la protección y tutela del padre a la de aquél.

También era trascendental ese día para la joven por ser cuando dejaba la condición de doncella y se convertía en esposa, con nuevas obligaciones y responsabilidades, a la vez que se producía su estreno en la vida sexual.

La ἐγγυή era un pacto entre hombres, acto masculino, y el γάμος o celebración estaba protagonizado por las mujeres, en cuanto que giraba en torno a la novia.

Los festejos se prolongaban durante tres días :

-el día de la víspera se realizaba el rito de purificación o baño de la novia, para lo cual un séquito iba a buscar agua a la fuente Calírroe, que era portada en un vaso con forma especial, el lutróforo; además, la novia ofrecía a las divinidades protectoras del matrimonio sus juguetes y objetos que la acompañaron en su infancia.

-el día del γάμος, con los invitados en casa del padre de la novia, tenía lugar un sacrificio y un banquete. La novia aparece ataviada con sus mejores galas llevando una corona y un velo que cubre su rostro. La acompañan en la fiesta sus amigas, su madre, parientes femeninas y la νυμφεύτρια, mujer que dirige todo el ritual.
El momento crucial de la fiesta era cuando la νυμφεύτρια levantaba el velo de la novia, τὰ ἀνακαλυπτήρια, presentándola así oficialmente por primera vez al marido, pero no se desprendía de él hasta el final del día.
En el banquete se servían platos típicos para la ocasión, algunos de ellos asociados a la fecundidad como las tortas de sésamo.
La sección masculina ocupaba los asientos separadamente de las mujeres.

Llegada la tarde, el novio llevaba a su casa a pie o en carro a la novia; detrás seguía el cortejo nupcial formado por los parientes y amigos, que alegres entonaban el himeneo o canto de boda al ritmo de flautas y oboes, y que llevaban los regalos de la novia.
La νυμφεύτρια les acompañaba portando una antorcha, y también iba en el séquito el παίς ἀμφιθαλής , o muchacho que tiene padre y madre, cuya presencia en la fiesta está constatada en las fuentes.
Los padres del novio esperaban en la puerta de la casa la llegada de la comitiva, y tras la ceremonia de recibimiento los novios se retiraban al lecho conyugal.

-al día siguiente, tenía lugar otra procesión, τὰ ἐπαύλια, en la que los padres de la novia y amigos le llevaban su ajuar y otros regalos.

Sin duda, dependiendo de las posibilidades económicas de cada familia, toda la celebración se llevaría a cabo con sencillez o derroche.

En ningún momento tenía lugar un acto que sacralizara la unión, y los dioses no estaban más presentes que en cualquier otra fiesta.



Bibliografía:
-François Lisarrage, “Una mirada ateniense”, en Historia de las mujeres. I- La Antigüedad. Trad. de Marco Aurelio Galmarini. Madrid: Taurus, 1993
-James Redfield, “El hombre y la vida doméstica”, en El hombre griego. Trad. de J. Antonio Ochoa Anadón. Madrid: Alianza Editorial, 2000.
-Robert Flacelière, “Las mujeres, el matrimonio y la familia”, en La vida cotidiana en Grecia en el siglo de Pericles. Trad. de Cristina Crespo. Madrid: Ediciones Temas de Hoy, 1989

Imágenes:
*Mosaico de la Villa Romana del Casale, Piazza Armerina. Sicilia
**Lutróforo ático. Mouseo Del Louvre

domingo, 18 de noviembre de 2007

Discurso de Defensa por el Asesinato de Eratóstenes 1-5


Francisco Cortés Gabaudán, en su libro Fórmulas retóricas de la oratoria judicial, ática hace un estudio de los discursos forenses de los oradores áticos atendiendo al uso de lo que él llama fórmulas retóricas.

Los criterios que utiliza para definir una fórmula retórica son:

-la repetición, criterio básico aunque puede darse de manera total o parcial;

-la función, habla de las siguientes funciones: de presentación de pruebas, de súplica a los jueces, de transición entre las diversas partes del discurso, de llamada de atención a los jueces, de recapitulación;

-y el emplazamiento en el texto, ya que dentro del discurso hay espacios en los que con regularidad aparecen.

Según todo ello una fórmula retórica es una expresión que responde a un esquema formal usado repetidamente, que desempeña una función en determinados emplazamientos del discurso.

Frco. Cortés aplica el método de las fórmulas retóricas para estudiar el corpus de los oradores áticos, la evolución de cada uno de ellos marcando sus distintas etapas y sus mutuas influencias.

Tanto el preámbulo o exordio de un discurso como el epílogo son las partes del discurso en las que aparece con más frecuencia la función de súplica a los jueces.

Las súplicas pueden contener una petición de atención, de ayuda, de escucha, de compasión, de memoria, de perdón, de votar a favor del que está hablando…

Pueden estar expresadas formalmente:

- mediante fórmulas retóricas con el siguiente esquema: verbo de súplica en 1ª pers (δέομαι, ἀντιβολῶ, ἱκετεύω, αἰτοῦμαι, παρακαλῶ, ἀξιῶ...) + persona suplicada, los jueces (ὑμῶν, ὑμᾶς ), aunque este complemento no es imprescindible, pues se sobreentiende; a continuación aparece muy frecuentemente ὦ ἄνδρες δικασταί + petición (or. de infinitivo, or. condicional o de participio);

- con construcciones paratácticas,

- o mediante peticiones directas: imperativo, subjuntivo prohibitivo, giros con optativo potencial, adjetivos en –τέος

En el exordio o preámbulo del discurso que nos ocupa (1-3), Lisias no ha utilizado fórmulas retóricas, en los términos en que habla F.Cortés Gabaudán, para expresar la función de súplica, pero todo él tiene un carácter formular porque utiliza bastantes giros lingüísticos para, de alguna manera, lanzar , aunque sea indirectamente, peticiones a su favor:

1- Περὶ πολλοῦ ἂν ποιησαίμην, ὦ ἂνδρες, τὸ τοιούτους ὑμᾶς ἐμοὶ δικαστὰς περὶ τούτου τοῦ πράγματος γενέσθαι : no es una petición directa , pero el giro con optativo potencial tiene el mismo efecto.

“εἰ τὴν αὐτὴν γνώμην περὶ τὼν ἄλλων ἔχοιτε, ἥνπερ περὶ ὑμῶν αὐτῶν…”: no es una petición directa, pero se sirve nuevamente del optativo potencial y de una expresión comparativa para expresar una consecuencia, que es la que a él le interesa.

3- “…ἅπαντας ὑμὰς νομίζω τὴν αὐτὴν διὰνοιαν ἔχειν…”: es una variación del caso anterior expresada ahora mediante un verbo principal y completiva. No formula una petición, ahora lo da por hecho .

“…καὶ οὐδένα οὕτως ὀλιγώρως διακεῖσθαι , ὅστις οἴεται δεῖν συγγνώμης τυγχάνειν… τοὺς τὼν τοιοῦτων ἔργων αἰτίους”.: utiliza una expresión para pedir perdón; pero , refiriéndose a su adversario, no lo pide, sino todo lo contrario.

“αἰτίους” es la última palabra del exordio, no es casual.

En la proposición o prótasis de un discurso suelen aparecer fórmulas retóricas o expresiones transicionales en función de introducción a la narración; con ellas se introduce lo que se va a relatar seguidamente.

En nuestro discurso encontramos:

4- “…με δεῖν ἐπιδεῖξαι…”: no es propiamente una fórmula por aparecer el verbo en forma no personal, pero es una expresión que utiliza el verbo ἐπιδείξω, muy frecuente como núcleo de las fórmulas transicionales.

“…ὡς ἐμοίχευεν Ἐρατοσθένης τὴν γυναῖκα τὴν ἐμὴν…”: por primera vez ahora se pronuncia en el discurso el término que ha provocado tantas desgracias.

“… τε διέφθειρε… ᾔσχυνε καὶ… ὕβρισεν…”: hay una gradación en las consecuencias del delito cometido por Eratóstenes.

5- “ἐγὼ …ὑμῖν ἅπαντα ἐπιδείξω…”: es una fórmula transicional que marca el paso a la narración; es un núcleo verbal en 1ª pers. muy frecuente en este lugar del discurso.

“ἐγὼ τοίνυν ἐξ ἀρχῆς…”: es una de las pocas expresiones transicionales que tienen como función exclusiva la introducción a la narración.

La intención de explicar “desde el principio” todas las circunstancias, tiene sentido al comienzo de la narración, no a mitad del discurso.

Bibliografía:

Francisco Cortés Gabaudán, Fórmulas retóricas de la oratoria judicial ática, Ediciones Universidad de Salamanca 1986

Discurso de Defensa por el Asesinato de Eratóstenes, 4-5


Tras el preámbulo, ahora en la proposición, Eufileto expone de manera sintética los hechos que explicará detalladamente en la narración, y los argumentos que utilizará para defenderse de la acusación.

En primer lugar, se defiende de una acusación con otra: que Eratóstenes cometió adulterio con mi mujer, la corrompió, y que deshonró a mis hijos, y a mí mismo me ultrajó entrando en mi propia casa” (parece que sólo tuvo un hijo, que es el que se menciona más adelante, pero utiliza el plural para amplificar).

Utiliza los posesivos para enfatizar, insistir en que aquello que le pertenece, lo de su propiedad, ha sido víctima de un atropello.

Luego, admitiendo implícitamente su delito, sin mencionarlo, (tampoco lo ha hecho en el exordio) recuerda a los miembros del jurado que no lo hizo por ningún motivo por los que pudiera cometerse un asesinato, como por una antigua enemistad, por dinero o para sacar algún tipo de beneficio, sino que lo hizo amparándose en la ley. Tendrá que demostrar que se trata de un caso de asesinato legítimo, por tanto justo, caso para el que tenía competencia el Delfinion.

La existencia de una enemistad entre los litigantes se admitía o denegaba según interesara: en este discurso se niega porque podría interpretarse como motivo del delito, en otros casos el acusador lo admitía para demostrar que no actuaba como mero psicofanta.

Además, no deja de aprovechar la ocasión para insistir en que lo explicará todo detalladamente sin faltar a la verdad, λέγων τἀληθῆ” , mostrándose como un hombre de bien, íntegro, que cree que la verdad está por encima de todo y es su única salvación.

“Si resulta que logro relataros todo lo sucedido”, manifiesta un tono de humildad y modestia por dudar de sus habilidades oratorias.

Ya sabemos que este tipo de expresiones formaban parte de las convenciones del género: el litigante alude a su falta de preparación para defenderse en público ante un tribunal, a pesar de que todos saben que el discurso ha sido redactado por un logógrafo.


Bibliografía:
-C. Carey, Selected Speeches, Lysias, Cambridge University
Press 1989



jueves, 15 de noviembre de 2007

Discurso de Defensa por el Asesinato de Eratóstenes, 1-3(bis)

¿Por qué en Atenas el adulterio era considerado un delito tan grave, hasta el punto de que quien lo cometiera no quedaba sometido al castigo decidido por un jurado de la ciudad, como en todos los otros casos de actuación ilícita, sino que podía actuar sobre él la justicia particular del ciudadano ofendido, causándole incluso la muerte al amparo de las leyes?

La explicación se halla en la importancia del núcleo familiar que, desde la aparición de la polis, va a ser determinante para la organización y consolidación de ésta.

En el contexto de la polis griega, la finalidad de la familia es transmitir la propiedad y los roles sociales de sus miembros, de manera que el orden político y social perviva cuando mueran los ciudadanos.

La mujer, dentro de la familia, tiene asignado exclusivamente el rol de la reproducción: su tarea es producir hijos varones que heredarán y conservarán la propiedad familiar, ciudadanos para la polis que ocuparán cargos en las instituciones que la rigen.

De ahí la preocupación de los hombres, y de la ciudad, por la actividad sexual de sus mujeres: está en juego la legitimidad de quien hereda un patrimonio familiar, el οἶκος , y de quien forma parte de los organismos institucionales que deciden sobre todas las cuestiones de la ciudad, y por tanto, sobre su futuro.

Consecuentemente, el delito de adulterio no era una cuestión de carácter privado que debiera resolverse de puertas adentro en el entorno familiar; todo lo contrario, afectaba a los mismos pilares sobre los que se asentaba la propia democracia. De ahí que un μοίχος , de no ser sorprendido en flagrante, se exponía a una acción pública, una γραφή μοιχεία, que podía ser incoada contra él no sólo por el tutor de la mujer implicada (el marido, padre o varón representante legal bajo cuya protección vive), sino por cualquier otro ciudadano que , como miembro de la comunidad, tenía derecho a denunciar cualquier acto que, más allá de las leyes, repercutiera negativamente en la ciudad.

Por otra parte, si las leyes consentían matar a un hombre sorprendido en flagrante delito, con respecto a la mujer no se pronunciaban de igual modo: era castigada con sanciones como el repudio (de estar casada), y la prohibición de participar en las ceremonias religiosas.

¿Por qué esta diferencia en la sanción?
En términos políticos, a la ciudad sólo le interesa la actuación del varón, de ahí que se regule el delito de adulterio cometido por hombres; en cambio, las cuestiones de las mujeres quedan relegadas al espacio familiar, y el castigo por adulterio que debe afrontar una mujer se circunscribe al ámbito privado.

Además, a todos los efectos, la mujer en la sociedad griega es siempre tratada como una menor, por lo que incluso en una circunstancia como ésta, aunque haya consentido y participado activamente en la infidelidad, es vista como la parte pasiva, la seducida, la corrompida.

Ello lo corroboran los verbos μοιχάω y μοιχεύω , que se usan en voz activa y media para referirse al acto en que un hombre seduce , corrompe y obtiene los favores de una mujer casada, ( complemento de persona que aparece en acusativo); en cambio, se usan en voz pasiva cuando se refieren a una mujer que se ha dejado seducir por un hombre.

Bibliografia:
Eva Cantarella, La calamidad ambigua,Ediciones Clásicas, Madrid

Imagen:
Lecito de mármol, 350 aC. British Museum

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Discurso de Defensa por el Asesinato de Eratóstenes, 1-3


Aristóteles dice en el capítulo 14 del libro III de la Retórica que “el preámbulo es una muestra del discurso, para que se sepa de antemano de qué trata ..., pues lo indefinido provoca desconcierto”."Su función es “indicar cuál es el fin al que se encamina el discurso”.

En el presente discurso, a nuestro amigo Eufileto, que se va a defender de una acusación de asesinato, le interesa desde el principio disipar la inculpación: utilizará el preámbulo para poner en alerta a los miembros del jurado en el sentido de hacerles oír que la inculpación no procede.

1-Comienza el discurso con una frase altamente efectiva para romper el hielo, en cuanto que insta “Περὶ πολλοῦ ἂν ποιησαίμην, ὦ ἂνδρες…” a los miembros del tribunal que juzguen pensando en ellos mismos, como si ellos estuvieran en el lugar del acusado, con lo cual consigue implicar emocionalmente más a los jueces, atraer su atención y ganarse su benevolencia.

Tiene ante sí cincuenta y un efetas, que constituyen uno de los tribunales de sangre, el Delfinion. Este tribunal intervenía en las causas de homicidio en las que el arconte rey consideraba que había atenuantes o que el homicidio era legítimo.

Eufileto sabe que los oyentes le prestarán más atención si presenta su caso como un asunto de máxima importancia y que les concierne a todos.
Para ello habla con rotundidad y se muestra seguro de que si hacen el esfuerzo de ponerse en su lugar, todos sin excepción llegarán a la conclusión de que habrían actuado igual:

“εὖ γὰρ οἶδ᾽ὅτι …”
“οὐκ ἂν εἴη ὅστις…”
“ἀλλὰ πάντες…”

2- “Estos hechos no solo se resolverían así entre vosotros, sino en toda la Hélade…”. Más categórico no se puede ser: Eufileto generaliza y exagera afirmando que en todas las ciudades de la Hélade, sea cual sea su régimen político, democrático u oligárquico, se actúa de igual modo con relación al caso que les ocupa. El asesinato de un μοίχος.

Parece que no fue así.

En Atenas estaba vigente una ley, que se remontaba al código de Dracón , del s VII, según la cual cualquier individuo que hubiera matado a un hombre sería castigado severamente por un tribunal de la ciudad, a excepción de quien hubiera matado al μοίχος, pues se trataría de un homicidio legítimo .

¿Pero qué es un μοίχος ? Para la sociedad ateniense es un hombre que ha sido sorprendido manteniendo relaciones sexuales ilícitas.

¿Cuáles son estas relaciones ilícitas? Las que se practican con la esposa, madre, hija, hermana e incluso concubina de otro ciudadano, y encima en la casa de éste.

Por tanto, es un término con una significación más amplia que la palabra adúltero, aunque ésta se usa habitualmente en las traducciones. La misma relación existe entre μοιχεία y adulterio.

Según el derecho ático, un ciudadano que sorprendiera en su casa a un μοίχος manteniendo relaciones sexuales con su esposa, por ejemplo, pues es el caso de Eufileto, podía en ese momento tomarse la justicia por su mano y ,en un arrebato de cólera, matarlo quedando impune, pues la ley lo consideraría un acto legítimo.

En el momento del descubrimiento, el adúltero podía, para salvar el pellejo, ofrecer un dinero, ποινή, al marido agraviado, y éste podía aceptarlo y no pasar a más o ,por el contrario, desecharlo y hacer uso de la violencia allí mismo.

En cambio, si este mismo adúltero fuera descubierto, pero no en flagrante, el marido ofendido tendría derecho a denunciarlo, pero ya no podría matarlo impunemente; la pena sería sancionada por un tribunal y quedaría reducida a una sanción económica o de tipo infamante.
La diferencia está, pues, en el hecho de sorprender al μοίχος en flagrante, con lo cual se deduce que no ha habido premeditación por parte del marido, y en ese caso queda eximido de toda culpa.


No en todas las ciudades de Grecia regían los mismos códigos legales, y para el delito de adulterio tampoco hubo normas comunes, pero sí coinciden todas en ser muy severas por considerar el delito gravísimo: en Locros, en la Magna Grecia, se disponía que el adúltero fuera cegado; en Lépreo, al sur de Élide, era expuesto al escarnio público durante tres días y perdía el derecho de ciudadanía.
En Gortina, ciudad de Creta, en cambio, parece que las leyes relativas a este delito fueron más leves y se limitaban a imponer una pena pecuniaria.

Las expresiones empleadas insisten en el carácter general de la cuestión:

“οὔκ ἄν εἴη μόνον παρ᾽ ὑμῖν οὕτως ἐγνωσμένα , ἀλλ᾽ ἐν ἁπάσῃ τῇ Ἑλλάδι.”
“…
μόνου τοῦ ἀδικήματος καὶ ἐν δημοκρατίᾳ καὶ ὀλιγαρχίᾳ ἡ αὐτὴ τιμωρία… ἀποδέδοται
ὥστε τὸν χείριστον τῶν αὐτῶν τυγχάνειν τῷ βελτίστῳ.”


3-En consecuencia, el castigo ζημία ha de ser proporcional al delito, y quien comete tal delito “ταύτην τὴν ὕβριν… δεινοτάτην” no merece ningún perdón ni un castigo leve, a no ser que el que juzga sea “ὀλίγωρoς” , una persona negligente, sin interés, despreocupado, dejado, o sea, un campante.

Y sigue utilizando afirmaciones generales:
“ἅπαντας ὑμὰς νομίζω τὴν αὐτὴν διὰνοιαν ἔχειν…”
“καὶ οὐδένα οὕτως ὀλιγώρως διακεῖσθαι…”


Fuentes: Aristóteles, Retórica. Alianza Editorial
Bibliografía: Eva Cantarella, La calamidad ambigua, Ediciones Clásicas, Madrid

Imágen: detalle mosaico de La Villa del Casale, Piazza Armerina, Sicilia.

lunes, 12 de noviembre de 2007

V Jornada de Cultura Clásica en Sagunt.

El pasado sábado 10 de Noviembre se celebró en Sagunt la V Jornada de Cultura Clásica, y los asistentes pudimos constatar cómo cada año estas Jornadas relacionadas con el mundo clásico van creciendo en vitalidad y energía.

Para una crónica fiel de lo que allí se vivió podéis leer en el blog de Luis o, si queréis ver fotos o un video de la conferencia del profesor Luigi Maglia, en el de Ana.

No hacen falta más palabras.

Bueno, sí quisiera decir que fue un auténtico placer escuchar ,durante dos horas, al profesor Luigi Miraglia ,quien nos contaba en latín , a una velocidad de vértigo, su experiencia docente, poniendo en práctica su método de latín vivo. Sí, sí, digo bien, en latín; y se le entendía en la mayor parte de la exposición. Irrepetible!!

Las Jornadas fueron un éxito por su variedad: los talleres didácticos, las TIC en el aula, las actividades de la fundación IVECO, la conferencia del profesor L.Maglia, y el video cariñoso de despedida que recogía detalles de todo el día.

Muchísimas gracias por todos los que habéis trabajado en la organización de un día tan intenso y
tan enriquecedor. Enhorabuena!!

¡Y dicen que las lenguas clásicas son lenguas muertas!