miércoles, 14 de noviembre de 2007

Discurso de Defensa por el Asesinato de Eratóstenes, 1-3


Aristóteles dice en el capítulo 14 del libro III de la Retórica que “el preámbulo es una muestra del discurso, para que se sepa de antemano de qué trata ..., pues lo indefinido provoca desconcierto”."Su función es “indicar cuál es el fin al que se encamina el discurso”.

En el presente discurso, a nuestro amigo Eufileto, que se va a defender de una acusación de asesinato, le interesa desde el principio disipar la inculpación: utilizará el preámbulo para poner en alerta a los miembros del jurado en el sentido de hacerles oír que la inculpación no procede.

1-Comienza el discurso con una frase altamente efectiva para romper el hielo, en cuanto que insta “Περὶ πολλοῦ ἂν ποιησαίμην, ὦ ἂνδρες…” a los miembros del tribunal que juzguen pensando en ellos mismos, como si ellos estuvieran en el lugar del acusado, con lo cual consigue implicar emocionalmente más a los jueces, atraer su atención y ganarse su benevolencia.

Tiene ante sí cincuenta y un efetas, que constituyen uno de los tribunales de sangre, el Delfinion. Este tribunal intervenía en las causas de homicidio en las que el arconte rey consideraba que había atenuantes o que el homicidio era legítimo.

Eufileto sabe que los oyentes le prestarán más atención si presenta su caso como un asunto de máxima importancia y que les concierne a todos.
Para ello habla con rotundidad y se muestra seguro de que si hacen el esfuerzo de ponerse en su lugar, todos sin excepción llegarán a la conclusión de que habrían actuado igual:

“εὖ γὰρ οἶδ᾽ὅτι …”
“οὐκ ἂν εἴη ὅστις…”
“ἀλλὰ πάντες…”

2- “Estos hechos no solo se resolverían así entre vosotros, sino en toda la Hélade…”. Más categórico no se puede ser: Eufileto generaliza y exagera afirmando que en todas las ciudades de la Hélade, sea cual sea su régimen político, democrático u oligárquico, se actúa de igual modo con relación al caso que les ocupa. El asesinato de un μοίχος.

Parece que no fue así.

En Atenas estaba vigente una ley, que se remontaba al código de Dracón , del s VII, según la cual cualquier individuo que hubiera matado a un hombre sería castigado severamente por un tribunal de la ciudad, a excepción de quien hubiera matado al μοίχος, pues se trataría de un homicidio legítimo .

¿Pero qué es un μοίχος ? Para la sociedad ateniense es un hombre que ha sido sorprendido manteniendo relaciones sexuales ilícitas.

¿Cuáles son estas relaciones ilícitas? Las que se practican con la esposa, madre, hija, hermana e incluso concubina de otro ciudadano, y encima en la casa de éste.

Por tanto, es un término con una significación más amplia que la palabra adúltero, aunque ésta se usa habitualmente en las traducciones. La misma relación existe entre μοιχεία y adulterio.

Según el derecho ático, un ciudadano que sorprendiera en su casa a un μοίχος manteniendo relaciones sexuales con su esposa, por ejemplo, pues es el caso de Eufileto, podía en ese momento tomarse la justicia por su mano y ,en un arrebato de cólera, matarlo quedando impune, pues la ley lo consideraría un acto legítimo.

En el momento del descubrimiento, el adúltero podía, para salvar el pellejo, ofrecer un dinero, ποινή, al marido agraviado, y éste podía aceptarlo y no pasar a más o ,por el contrario, desecharlo y hacer uso de la violencia allí mismo.

En cambio, si este mismo adúltero fuera descubierto, pero no en flagrante, el marido ofendido tendría derecho a denunciarlo, pero ya no podría matarlo impunemente; la pena sería sancionada por un tribunal y quedaría reducida a una sanción económica o de tipo infamante.
La diferencia está, pues, en el hecho de sorprender al μοίχος en flagrante, con lo cual se deduce que no ha habido premeditación por parte del marido, y en ese caso queda eximido de toda culpa.


No en todas las ciudades de Grecia regían los mismos códigos legales, y para el delito de adulterio tampoco hubo normas comunes, pero sí coinciden todas en ser muy severas por considerar el delito gravísimo: en Locros, en la Magna Grecia, se disponía que el adúltero fuera cegado; en Lépreo, al sur de Élide, era expuesto al escarnio público durante tres días y perdía el derecho de ciudadanía.
En Gortina, ciudad de Creta, en cambio, parece que las leyes relativas a este delito fueron más leves y se limitaban a imponer una pena pecuniaria.

Las expresiones empleadas insisten en el carácter general de la cuestión:

“οὔκ ἄν εἴη μόνον παρ᾽ ὑμῖν οὕτως ἐγνωσμένα , ἀλλ᾽ ἐν ἁπάσῃ τῇ Ἑλλάδι.”
“…
μόνου τοῦ ἀδικήματος καὶ ἐν δημοκρατίᾳ καὶ ὀλιγαρχίᾳ ἡ αὐτὴ τιμωρία… ἀποδέδοται
ὥστε τὸν χείριστον τῶν αὐτῶν τυγχάνειν τῷ βελτίστῳ.”


3-En consecuencia, el castigo ζημία ha de ser proporcional al delito, y quien comete tal delito “ταύτην τὴν ὕβριν… δεινοτάτην” no merece ningún perdón ni un castigo leve, a no ser que el que juzga sea “ὀλίγωρoς” , una persona negligente, sin interés, despreocupado, dejado, o sea, un campante.

Y sigue utilizando afirmaciones generales:
“ἅπαντας ὑμὰς νομίζω τὴν αὐτὴν διὰνοιαν ἔχειν…”
“καὶ οὐδένα οὕτως ὀλιγώρως διακεῖσθαι…”


Fuentes: Aristóteles, Retórica. Alianza Editorial
Bibliografía: Eva Cantarella, La calamidad ambigua, Ediciones Clásicas, Madrid

Imágen: detalle mosaico de La Villa del Casale, Piazza Armerina, Sicilia.

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