“…οἰκίδιον ἔστι μοι διπλοῦν, ἴσα ἔχον τὰ ἄνω τοῖς κάτω κατὰ τὴν γυναικωνῖτιν καὶ κατὰ τὴν ἀνδρωνῖτιν.”
“…tengo una casa pequeña de dos plantas, que tiene la parte de arriba igual a la de abajo en cuanto al gineceo y la sala para los hombres”.
La casa fue el espacio de la ciudad reservado para la vida de las mujeres, por naturaleza y por ley, y fueron ellas las que la habitaban constantemente, ocupadas en sus múltiples tareas domésticas, a diferencia de los hombres, que pasaban la mayor parte de su tiempo fuera de ella.
Las casas eran modestas, de planta irregular y, desde luego, variaban en tamaño y decoración según las posibilidades económicas de cada familia.
Las más completas constaban normalmente de dos pisos con diversos cuartos distribuidos en torno a un patio abierto, central, αὐλή, de donde recibían luz y aire.
De haber ventanas al exterior, eran pequeñas y estaban en el segundo piso, con lo que el aspecto externo de la casa resultaba desnudo y poco atractivo.
La puerta de entrada, que tenía un llamador o ῥόπτρον, ocupaba un espacio lateral de la fachada, y de allí arrancaba un estrecho corredor que conducía, no siempre de forma directa, al patio central.
Más adentro, se hallaban la sala reservada para los hombres, ἀνδρών , o sala espaciosa que servía para que el marido recibiera las visitas, donde se colocaban en círculo bien asientos o camas para reclinarse, el dormitorio, alguna alcoba para los esclavos varones y alguna sala destinada a despensa .
Las mujeres (esposa, hijas, esclavas) podían estar en el patio interior, en el que podían tomar el aire protegidas de miradas indiscretas, pero pasaban gran parte del tiempo en el gineceo, γυναικών, recinto separado del resto de dependencias y lo más alejado posible de la entrada o, en las casas de doble piso, ubicado en la planta superior. Allí trabajaban en el hilado y tejido, y se ocupaban de los niños pequeños.
Los muros eran de adobe, y por dentro solían estar cubiertos con estuco y pintados.
Los techos eran horizontales, ya de barro apretado y endurecido, o ya de tejas.
En época helenística, se percibe una mejora en los materiales de construcción y en la confortabilidad interior: plantas más regulares, patio interior agrandado y adornado con peristilo, paredes decoradas simulando incrustaciones de mármol y suelos con bellos mosaicos.
Los muebles eran sencillos y modestos: camas, divanes, sillas, sillones, arcones, escabeles y mesas no muy grandes de tres pies.
De gran variedad y belleza eran los diferentes vasos de cerámica que utilizaban para las libaciones, el aseo personal, el almacenaje de sólidos y líquidos, para beber y para la comida.
En el Económico de Jenofonte, Iscómaco es el propietario de una casa a la que acaba de introducir la mujer con quien se ha casado. Para él, no hay nada más útil y hermoso que el orden en una casa, y explica a Sócrates de qué modo enseñó a su mujer a ordenar y distribuir los enseres domésticos:
IX, 2-5:
“Lo primero que decidí fue enseñarle las posibilidades de la casa. Porque, desde luego, tiene pocos elementos decorativos, Sócrates, pero las habitaciones están construidas con el objeto de ser los receptáculos lo más adecuados posible para lo que van a contener, hasta el punto que ellos mismos invitan a poner lo que conviene en cada uno. En efecto, el dormitorio, por lo seguro de su situación acoge las colchas y enseres de más valor; los cuartos secos de la casa, el trigo; los frescos, el vino; los luminosos, los trabajos y vajillas que necesitan luz. A continuación, le fui enseñando los cuartos de estar para la familia, muy decorados, que son frescos en verano y cálidos en invierno…Le mostré también el alojamiento de las mujeres, separado con una puerta con cerrojo del de los hombres, para evitar que se saque algo de dentro que no convenga ni puedan procrear hijos los esclavos sin nuestro consentimiento”.
Luego, tras separar todos los enseres por grupos, llevaron cada uno al lugar conveniente, donde eran almacenados en grandes arcones.
Y este es el inventario de lo que tenían:
IX, 6-7:
Para los rituales | “Empezamos reuniendo lo que necesitábamos en los sacrificios” |
Vestuario y ropa del hogar | “las galas festivas de las mujeres” |
“las ropas de los hombres para las fiestas y la guerra” | |
“las colchas del aposento femenino, las del masculino” | |
“los calzados femeninos y los calzados masculinos” | |
Para la guerra | “un grupo con las armas” |
Para el telar | “otro con los útiles de tejer” |
Para la cocina | “otro con los de hacer el pan” |
“otro con los de cocinar” | |
“otro con los de amasar” | |
“otro con los utensilios para la mesa” | |
“y también pusimos por separado lo que se usa a diario y lo que se reserva para las galas” | |
Para la higiene | “otro con los de aseo” |
En El Vellocino de Oro tenéis tres posts estupendísimos sobre la recreación de una casa griega de la isla de Delos del s II aC.
Fuentes:
Jenofonte, Económico. Trad. de Juan Zaragoza. Madrid: Biblioteca Clásica Gredos, 1993
Bibliografía:
-Susan Woodford, “La arquitectura y el urbanismo”, en Introducción a la historia del Arte. Trad. de Luís Urpinell. Barcelona: GG, 1990
-A. Petrie, “La vida privada en Grecia”, en Introducción al estudio de Grecia. Trad. de Alfonso Reyes. Méjico: Fondo de Cultura Económica, 1978
Imágenes:
*Yacimiento arqueológico de la ciudad de la antigua Tera (Santorini)
**Planta de dos casas griegas de Atenas del s.V (sacado del libro de S. Woodford)
***Planta de una casa griega de Priene del s IV (sacado del libro de S. Woodford)
6 comentarios:
Hola Vir
No me da tiempo a seguirte, qué trabajadoras eres!!! Gracias por vincularme. He intentado colgar un ppt. con unas fotos (30) y es demasiado grande y no me lo coge el blog. Una pena.
BEsos
Me voy enseguida a El Vellocino, a curiosear. Ya he colgado en mi p�gina el post de Sofonisba, la cocinera de la reina Dido. Besos.
Hola Virginia! A través del blog de Santi Carbonell, he llegado al tuyo. Experta en Lisias! Tu trabajo es un soporte imprescindible para mis alumnas de 2ª que justo hoy empiezan con Lisias. Un poco asustadas, claro! Seguro que las sacas de más de un apuro. Gracias por trabajar tanto.
Estupendo trabajo el que estás realizando, te lo agradecemos tanto mis alumn@s como yo.
Un abrazo.
Gracias Sunny por tus palabras; ya verás cómo tus alumnas se sienten cómodas con el texto de Lisias; nada que ver con el del año pasado; y la historia da de sí para comentar mil cosas.
Un saludo.
Gracias Carlos por tus palabras; ja, ja, me ha hecho mucha gracia leer en tu blog cómo animabas a tus alumn@s a que corrieran a la casa de Atalanta.
Es una nota muy simpática!
Un saludo.
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