“ἐπ᾽ ἐκφορὰν γὰρ αὐτῇ ἀκολουθήσασα ἡ ἐμή γυνὴ…”
“Pues al ir mi mujer en el séquito para el entierro…”
Las mujeres desempeñaban un importante papel en los rituales relacionados con la muerte.
Podían entrar en la casa mortuoria todos los hombres que se presentasen, pero mujeres sólo podían entrar las de parentesco muy próximo.
En determinadas épocas se colocaba una moneda en la boca del muerto, según la creencia de que era indispensable para pagar al viejo Caronte por cruzar el alma con su barca de orilla a orilla del río Aqueronte.
Delante de la puerta de la casa se colocaba un vaso con agua lustral traída de la casa de algún vecino, de manera que, al salir de la visita, uno se rociaba con ella para purificarse (por haber estado en contacto con un muerto), al tiempo que indicaba la presencia de un cadáver en la casa.
En brazos de familiares o esclavos, sobre el lecho en el que había estado expuesto, o en un carro tirado por animales, el cadáver era trasladado en una comitiva integrada por hombres, seguidos por las mujeres parientes cercanas y los tañedores de oboe cerrando por detrás.
Asimismo, ellas eran las que depositaban ofrendas junto a las estelas funerarias: coronas, ínfulas o pequeños lecitos (vasos de perfumes).
En la tragedia Las Coéforas,124-130, dice Electra ante la tumba de su padre mientras derrama las libaciones:
“Supremo mensajero entre los vivos y los muertos, Hermes infernal, escucha mi ruego. Haz que mis votos lleguen a oídos de las divinidades infernales, que velan sobre la sangre de mi padre; haz que la tierra, esta tierra que lo engendra y lo cría todo y a la que vuelve todo lo que de ella ha salido, haz que ella lo acoja también benévola. En tanto yo derramaré mis libaciones e invocaré a mi
De vuelta a casa, todos los miembros de la familia se lavaban, como ritual de purificación, y participaban de una comida.
Al día siguiente la casa era también purificada con agua de mar y un hisopo.
Tras todo esto, se celebraban banquetes al tercer día, al noveno y al trigésimo de los funerales; luego, en los días de aniversario.
Fuentes:
-Esquilo, Coéforas. Trad. de Jorge Montsiá. Barcelona: Iberia, 1979
Bibliografía:
-Robert Flacelière, “Las mujeres, el matrimonio y la familia”, en La vida cotidiana en Grecia en el siglo de Pericles. Trad. de Cristina Crespo. Madrid: Ediciones Temas de Hoy, 1989
-Louise Bruit Zaidman, “Las hijas de Pandora”, en Historia de las mujeres. I- La Antigüedad. Trad. de Marco Aurelio Galmarini. Madrid: Taurus, 1993
Imágenes:
*Estela de mármol 425-400 Atenas. British Museum
**Izquierda:Lutróforo ático. Musseo del Louvre
***Lecito 420-400 aC con Tanatos e Hipnos llevando el cadáver de un guerrero a su tumba. British Museum
****Lecitos 420-400 Atenas. British Museum
2 comentarios:
Virginia, como siempre un artículo muy interesante.
Si te parece bien, como hemos empezado con Lisias, me gustaría hacer enlaces a tu blog en Calíope.
Gracias
Saludos
Claro, mujer , ningún problema!
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