Siguiendo a Aristóteles en su Retórica, Libro III, cap. XIX 1419 b, “el epílogo consta de cuatro componentes:
a)-disponer favorablemente al oyente hacia nuestra propia postura y mal hacia la del contrario
b)-amplificar o atenuar
c)-producir determinadas emociones en el oyente y
d)-refrescar su memoria”.
El Discurso I de Lisias acaba con un epílogo de cuatro parágrafos (47-50) contribuyendo a la estructura totalmente equilibrada del texto, casi perfecta, en cuanto al número de parágrafos de que consta cada una de las cuatro partes del discurso:
Exordio: 1-5
Narración: 6-26
Argumentación: 27-46
Epílogo: 47-50
El epílogo del texto que estudiamos nos sirve de ejemplo para demostrar el cumplimiento de la afirmación de Aristótles en su tratado:
-En (47) Eufileto asocia su causa a la de todo el estado: la decisión que finalmente se tome no repercutirá solamente en él, sino que afectará a toda la ciudad, con lo cual la pretendida amplificación es tal que incita a los jueces a realizar una abstracción o generalización, a olvidarse del caso particular y pensar en el bien colectivo, cosa que le favorece.
La referencia al interés público es una constante tanto en epílogos como en prólogos, y en el presente discurso se ha cumplido.
-En (48) recurre incluso a una propuesta que no carece de ironía: ¿quién va a querer que se aprueben leyes que castiguen a quienes defienden a sus mujeres?.
Es una manera llevada al extremo de intentar convencer de lo ilógico de defender la postura contraria a la suya.
Es una manera de atraerse hacia su causa la voluntad del jurado, por pura lógica.
No ha recurrido Lisias aquí al uso de peticiones formularias de votación, muy frecuentes en los epílogos de sus discursos, bien en sentido favorable hacia su cliente, o bien pidiendo abiertamente una absolución, o bien pidiendo un voto en justicia.
Es más contundente al presentar el problema como una disyuntiva mediante la cual reta a los jueces: o votan de acuerdo con las leyes o se están cargando todo el cuerpo legal en que se apoya la ciudad y, por tanto, deben ellos establecer otras nuevas. Deja en sus manos una responsabilidad muy grande: ni más ni menos que la preservación de las leyes soberanas sobre las que se ha cimentado la ciudad.
-En (49), aludiendo a lo más justo, recuerda a los jueces una vez más el contenido de la ley sobre adulterio que tanto le favorece según su particular interpretación.
-En (50), en el último parágrafo del texto, descarga toda la emoción y patetismo que ha sabido contener durante todo el discurso: de una manera solemne por la brevedad de la frase, suscita la compasión intentando causar pena con su desgracia, ni más ni menos que por actuar de acuerdo con las leyes.
Con esta última frase resume extraordinariamente el contenido de todo el discurso, es una manera de recordar a los jueces muy brevemente todo lo que les ha contado antes.
Los jueces oirán al final de la intervención la frase que él ha procurado que tuvieran en sus mentes en todo momento:
“ὅτι τοῖς τῆς πόλεως νόμοις ἐπιθόμην.” “porque obedecí las leyes de la ciudad.”,
que es lo único que puede salvarlo.
Desgraciadamente, no sabemos el resultado de la votación de los jueces en este proceso y nos quedamos sin saber qué le ocurrió a nuestro querido Eufileto, pero nos podemos contentar pensando que fue ésta, según todos los especialistas en oratoria griega, la ocasión para que Lisias compusiera uno de sus mejores discursos, y la oportunidad, a mi parecer, de que hayamos estado durante todo el curso escolar 2007-2008 indagando en algunos de los aspectos característicos de la sociedad griega, muy en particular de la ateniense, al hilo del discurso y de los vaivenes de nuestros amigos ERATÓSTENES Y EUFILETO.
(Para quienes estén interesados prepararé un box con todo el material que he utilizado para el estudio de este discurso.)
Ahora, alumnos, compañeros y amigos, cumplida la tarea, Atalanta se despide por una temporada: se dedicará a profundizar en los nuevos recursos aprendidos en el curso virtual del Cefire; al PALE, que había dejado un poco de lado; a visitar a su amiga Filis, que de seguro tendrá muchas cosas que contarle; a preparar material para el próximo año; a preparar sus viajes del verano y llenar otra vez la cartera de experiencias y buenos recuerdos; y, sobre todo, a leeros más a vosotros.
¡Gracias por estar ahí!
¡Un abrazo!
Fuentes:
-Aristóteles, Retórica. Trad. de Alberto Bernabé. Madrid: alianza Editorial, 2007
8 comentarios:
Virginia, de parte de mis alumnos y mía, agradecerte el trabajo tan espléndido que has estado realizando.
Muchas gracias por todo.
Ahora a descansar y hacer otras cosas.
Besos
Virginia, gracias por compartir este magnífico trabajo a lo largo de este curso con todos, y enhorabuena por el mismo, ya que detona una gran profesionalidad, dedicación y amor hacia nuestros estudios. De verdad, enhorabuena.
Un cordial saludo.
Gracias Charo, de verdad. Gracias a tí también por compartir por tu excelente trabajo!
Besos.
Gracias Antonio J por tus generosas palabras. No hay mejor recompensa que el haberlo compartido; esta es la gran diferencia respecto a otros tiempos. Y nos honra a todos.
Saludos
Yo también te agradezco mucho todas las explicaciones que nos has ido dando y te aseguro que mis alumnos conocen bien a Atalanta.
Gracias MªJosé, tod@s sumamos en esto.
Nos vemos pronto.
Yo no voy a ser original y también te voy a felicitar por tu excelente trabajo. Sin duda ya es un referente obligado para estudiantes y profesores de griego 2º.
Pero, lo siento. Al contrario de Charo: cómo que descansar!!!!...ahora te vas a por el inválido.
Un beso, y de nuevo gracias por tu trabajo y sobretodo por compartirlo.
Gracias Mertxu, pero espero que este próximo curso alguno de vosotros tome el testigo.
Un besazo
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